martes, 15 de noviembre de 2016

A LA CONQUISTA!!! DE TUS HIJOS

Enamorarse de una persona es un proceso maravilloso y complejo, esa maravillosa química que se produce entre dos seres humanos es definitivamente devastadora, nos llena de ilusiones y muchas veces se nos olvida que hay otras personitas involucradas que son de peso, sino definitorias, de una relación funcional y saludable: los hijos de relaciones previas.



 Independientemente de la edad que tengamos la separación de nuestros padres nos afecta, pero el que comiencen una vida con una nueva pareja también es un proceso adaptativo complejo para el grupo familiar. La incorporación a ese sistema familiar y la creación de un nuevo sistema es un proceso de dos, es un trabajo de equipo realizado por la pareja. El que tiene los niños y/o adolescentes debe saber vender al otro y llevar una imagen positiva de sí mismo, el otro y la relación; pero el trabajo de quien llega en manejar limites, respeto y generar confianza suficiente para “ganarse la oportunidad” de ser aceptado.

Hay elementos básicos que deben tenerse en cuenta independientemente de la edad de los hijos: No lleve a presentar a sus hijos una persona que tenga menos de tres meses de conocer. La relación debe estar sólidamente establecida antes de vincular a los hijos. La expectativa y muchas veces, la ilusión generada en ellos termina por lastimarlos y cerrar oportunidades a mediano y largo plazo para una persona que sí será parte de nuestra vida.




Cuando sea el momento para establecer contacto con los hijos debe considerar los elementos siguientes: 

1. El primer encuentro jamás debe de ser de larga duración, debe ser una salida breve y que permita no sentirse forzados a convivir por largo tiempo.     

2. En el primer encuentro no deben ir los niños de ambos, primero debe presentar a la pareja, así no forzamos a que manejen dos situaciones que generan ansiedad a la vez.  

3. Cuando interactúan los hijos de ambos por primera vez debe buscar un lugar cómodo y adecuado para los niños y adolescentes, el momento debe ser breve. Viajes de  uno o dos días a la playa o lugar de recreación no son recomendables. Convivir requiere conocimiento y confianza en el otro, para no sentirnos invadidos en nuestra intimidad.  

4. Las muestras afectivas de la pareja no deben ser “efusivas o intensas”, el respeto a los hijos es importante en este punto. No debe hacerse énfasis en actitudes románticas y posesivas, sino de afecto y respeto para no generar incomodidad sobre todo en los hijos adolescentes y/o adultos.  

5. Las muestras afectivas de la pareja no deben ser “efusivas o intensas”, el respeto a los hijos es importante en este punto. No debe hacerse énfasis en actitudes románticas y posesivas, sino de afecto y respeto para no generar incomodidad sobre todo en los hijos adolescentes y/o adultos. 

6. NO finja afecto hacia los hijos de su pareja, un trato cordial y respetuoso es suficiente. Palabras afectivas surgirán en la convivencia, en los primeros momentos no son adecuadas, se lee como hipocresía y quererse “ganar a la gente”. Sea honesto, en un primer momento quiere conocer y caer bien, nada más.

7. No personalice nada de lo que ellos hagan. Sea usted o cualquier otra persona los niños, adolescentes e incluso adultos reaccionarían igual ante la nueva pareja de “mamá o papá”, es usted el adulto y debe comportarse como tal. NO quiere decir eso que soporte y disculpe malcriadeces pero no se predisponga, no “agarre llave". 

8. Recuerde que su imagen “vende”. Tener claro quiénes somos es importante para ser aceptados y desde ahí construir el plan de acción adecuado. Nuestro estilo de vida es un punto importante para los hijos adolescentes y adultos de nuestra pareja, les sirve como indicador de nuestra estabilidad económica e incluso emocional. 


Uno de los errores más comunes que solemos cometer para que nuestra nueva pareja quede bien frente a nuestros hijos es “sacar a relucir” los defectos de su padre/madre, esto jamás trae buenas consecuencias. Independientemente de que nosotros tengamos un mal concepto de nuestra ex-pareja no debemos olvidar que es el padre o la madre de ellos y que lo o la aman. Si hoy hablamos mal de ellos después de haberlos amado les generamos dudas de nuestro afecto sincero: si ahora habla mal de mi papá/mamá el día que se enfade conmigo o lo decepcione hablara también mal de mí o me dejara de querer.

Salvaguardar la salud mental de nuestros hijos no es solo cuidar de ellos a futuro, sino también, cuidar su relación con nosotros y con las personas que aman.  

Los abuelos y demás familia deben igualmente respetar al ex ya que la  estructuración de un nuevo sistema familiar no excluye que pertenezcan también a otro. Aman a ambos padres y deben encontrar en nosotros comprensión, respeto y apoyo a ese respecto. Una esclarecedora historia me la  comento una abuela: “un día hablando de mis ex -yerno dije algo negativo y de mala manera, su hijo, mi nieto de 6 años me miro y me dijo: Abuelita, no se te olvide que yo quiero a mi papá y me duele que hables así de él. NO lo hagas por favor”… lección muy clara.  

Nadie debe hablar mal a los niños de sus padres, ni los padres de los demás familiares por supuesto… amor, implica respeto.