Desde hace algunos años creo fervientemente en una frase, que
se asocia con la anterior: “No quiero a estas alturas ser el primer amor en la
vida de nadie, sino el último y definitivo”. La experiencia enseña y nos
permite enfrentar una relación de forma más adecuada, sana y definitivamente
clara de que el amor es mucho más que un sentimiento, es una decisión de
construir y superar, crear y recrear con base en ese sentimiento, no es un te
amo, es un te estoy amando…
Pero nadie puede decir que no ha sentido dolor por amor…
Cuando termina una relación la mayoría de nosotros siente que
ya no habrá más amor, que nunca volveremos a exponernos, que el amor es lo peor
que nos pudo pasar, que es demasiado doloroso y demás comentarios así. Estamos
tan asustados, heridos y sobretodo sentimos que algo nos falló… el amor. La frase anterior es real, confundimos el amor con la persona
de la cual nos enamoramos. Creemos que la forma de actuar de esa persona define
el amor y nada más equivocado que eso.
Cada uno de nosotros ama como puede, como aprendió a expresarlo en su casa, creyendo
que su forma de amar es la mejor, la más adecuada, sincera y que todo lo que
hace por su buena voluntad es suficiente para hacer feliz al otro.
Reitero cada uno ama como puede y no como nosotros queremos
que nos amen, y para colmo esperamos que el otro lo valore y lo cuide, cuando
la mayoría de veces el otro no tiene idea que nuestras acciones reflejan amor…
Amamos según creemos que hacemos feliz al otro, con base a la idea que eso nos
haría feliz a nosotros, cuando nada es más lejano. El otro espera algo
diferente, desde su propia concepción de amor.
Hacernos expectativas de nuestra pareja es negativo, de
antemano acabamos con la relación porque simplemente nadie puedo cubrir el 100%
de nuestras expectativas, leernos la mente o simplemente saber lo que queremos
o necesitamos simplemente porque nos ama. Amar requiere comunicación y
confianza para decir lo que queremos, lo que pueden esperar de nosotros y lo
que no estamos dispuestos a hacer o a aceptar que el otro haga.
Cuando comprendemos que amar a alguien implica no hacerlo a
nuestra manera, una cosa es apoyar a alguien y hacer que esa persona desarrolle
todo su potencial y otra muy diferente esperar que sea tal cual nuestra fantasía.
Cuando nuestro concepto de amor se torna más ligado a la felicidad, al perdón,
la aceptación, la construcción de una
relación juntos, estar plenamente que habrá momentos difíciles, momentos de
película: de terror, cómica, erótica,
romántica, infantil, ciencia ficción e incluso de guerra y uno que otro
momento de suspenso… al final es parte de la maravillosa aventura de la vida.
Reitero nuestra pareja que nos hace creer nuevamente en el amor es
una bendición que llega a nuestra vida y nos ayuda a comprender que el amor
siempre se merece una nueva oportunidad.