lunes, 2 de octubre de 2017

BIENVENIDO DESAMOR...

Bienvenido desamor, aunque al principio nos sintamos devastados y creamos que el mundo se nos terminó, aunque pasamos días abrazando la almohada o comiendo pura comida chatarra… pasa, le aseguro que pasa y uno sobrevive. Comenzamos la dieta, nos arreglamos y empezamos a enfrentar las cosas más fuertes y mucho más sabios.

El desamor es un proceso que acompaña el irse de una relación de pareja y que no surge de la noche a la mañana, si bien hay relaciones que tienen una muerte instantánea, la mayoría queda con un sentimiento que se apaga poco a poco. El desamor sana el resentimiento y el rencor, nos produce alivio con el paso del tiempo.



El maravilloso desamor nos evita seguir en relaciones llenas de indiferencia, vacías o llenas de sufrimiento. Nos permite buscar el amor que merecemos y dejar de esperar de una persona que ya nos dio todo lo que podía dar… el desamor nos permite volver a vivir, no es inmediato, pues necesitamos tiempo para sanar, pero nos hace pensar en nosotros mismos.
Cuando comenzamos a vernos, a cuidar de nuestro corazón y nuestros pensamientos dejan de estar orientados hacia el otro o la relación podemos ver que nuestra vida sigue, que los amigos están ahí, nuestras oportunidades, nuevas relaciones de amistad o incluso más adelante un nuevo amor.

En el desamor aprendemos a decir “GRACIAS, POR TODO”, aprendemos que se puede amar intensamente, pero que no siempre va a funcionar. Que amar no es sinónimo de seguridad absoluta a menos que se decida trabajar siempre por la relación, a no dar nada por hecho mientras no hacemos nada para que se mantenga y crezca. El desamor enseña que la vida cambia pero que eso no quiere decir que no seamos capaces de enfrentarla y crecer con sabiduría en ella.

Le tenemos miedo al desamor porque nos han enseñado que el amor debe ser para siempre, sí lo es, pero lo que cambia es el destinatario, todos tenemos capacidad de amar a pesar de lo vivido. Tenemos temor de quedarnos pero irnos también nos asusta, sentimos que quedarnos es continuar viviendo infelices e incluso algunos se sienten atrapados, pero irnos es enfrentar la posibilidad de quedarnos solos, de que nadie llegue a nuestras vidas… y pese al desamor muchos se quedan.

Quedarse es la peor prueba de amor, porque nuestro comportamiento cambia, nuestra mirada ya no está llena de magia, la cercanía física se vuelve una tortura y muchas veces evadimos de forma dolorosa e incomprensible para el otro. No me voy porque me da lástima, no me voy porque me da miedo, no me voy porque él/ella no se merece algo así… NADIE SE MERECE QUE SIGAN CON EL/ELLA CUANDO NO LO QUIEREN, LASTIMA ES LO PEOR QUE SE PUEDE SENTIR POR UNA PERSONA.

Nos cuesta aceptar que una relación, no funciona. Nos duele tanto pensar que “lo que pudo ser”, nos duelen las fantasías montadas en nuestra cabeza a partir de pequeños detalles que hicimos significativos, Mientras más tiempo pasamos con la persona más la incorporamos a nuestra rutina y nuestra cotidianidad. Y es esto precisamente lo que duele.

Cuando el amor decide irse, se va. La resurrección amorosa no existe, una cosa es que una relación se reconstruya cuando aún hay sentimientos entre las personas, pero cuando a una de ellas se le murió el sentimiento, no hay vuelta atrás. Esas canciones e historias del reclamo porque el otro nos dejó de querer, donde el reclamo se vuelve un lastimero vuelve, incluso muchas veces un perdóname, por todo aquello que no hice y hoy te prometo si hacer… Ya sea porque se cometieron muchos errores y el otro se cansó, porque nuestra relación no funciono porque nos sentimos poco valorados o no aceptados, esas actitudes no hacen funcionar la relación, usualmente se hunden en la desesperación por miedo al futuro, por la incertidumbre de nadie me va a querer… y eso no es amor.



Todos nos merecemos a alguien que nos mire como si fuéramos un milagro, porque lo somos… 

4 comentarios: