lunes, 23 de octubre de 2017

UN APLAUSO A NUESTRO SEGUNDO AMOR...

Desde hace algunos años creo fervientemente en una frase, que se asocia con la anterior: “No quiero a estas alturas ser el primer amor en la vida de nadie, sino el último y definitivo”. La experiencia enseña y nos permite enfrentar una relación de forma más adecuada, sana y definitivamente clara de que el amor es mucho más que un sentimiento, es una decisión de construir y superar, crear y recrear con base en ese sentimiento, no es un te amo, es un te estoy amando… 



Pero nadie puede decir que no ha sentido dolor por amor…




Cuando termina una relación la mayoría de nosotros siente que ya no habrá más amor, que nunca volveremos a exponernos, que el amor es lo peor que nos pudo pasar, que es demasiado doloroso y demás comentarios así. Estamos tan asustados, heridos y sobretodo sentimos que algo nos falló…  el amor. La frase anterior es real, confundimos el amor con la persona de la cual nos enamoramos. Creemos que la forma de actuar de esa persona define el amor  y nada más equivocado que eso. Cada uno de nosotros ama como puede, como aprendió a expresarlo en su casa, creyendo que su forma de amar es la mejor, la más adecuada, sincera y que todo lo que hace por su buena voluntad es suficiente para hacer feliz al otro. 

Reitero cada uno ama como puede y no como nosotros queremos que nos amen, y para colmo esperamos que el otro lo valore y lo cuide, cuando la mayoría de veces el otro no tiene idea que nuestras acciones reflejan amor… Amamos según creemos que hacemos feliz al otro, con base a la idea que eso nos haría feliz a nosotros, cuando nada es más lejano. El otro espera algo diferente, desde su propia concepción de amor.

Hacernos expectativas de nuestra pareja es negativo, de antemano acabamos con la relación porque simplemente nadie puedo cubrir el 100% de nuestras expectativas, leernos la mente o simplemente saber lo que queremos o necesitamos simplemente porque nos ama. Amar requiere comunicación y confianza para decir lo que queremos, lo que pueden esperar de nosotros y lo que no estamos dispuestos a hacer o a aceptar que el otro haga. 

Cuando comprendemos que amar a alguien implica no hacerlo a nuestra manera, una cosa es apoyar a alguien y hacer que esa persona desarrolle todo su potencial y otra muy diferente esperar que sea tal cual nuestra fantasía. Cuando nuestro concepto de amor se torna más ligado a la felicidad, al perdón, la aceptación,  la construcción de una relación juntos, estar plenamente que habrá momentos difíciles, momentos de película: de terror, cómica, erótica,  romántica, infantil, ciencia ficción e incluso de guerra y uno que otro momento de suspenso… al final es parte de la maravillosa aventura de la vida.


Reitero nuestra pareja  que nos hace creer nuevamente en el amor es una bendición que llega a nuestra vida y nos ayuda a comprender que el amor siempre se merece una nueva oportunidad. 

lunes, 2 de octubre de 2017

BIENVENIDO DESAMOR...

Bienvenido desamor, aunque al principio nos sintamos devastados y creamos que el mundo se nos terminó, aunque pasamos días abrazando la almohada o comiendo pura comida chatarra… pasa, le aseguro que pasa y uno sobrevive. Comenzamos la dieta, nos arreglamos y empezamos a enfrentar las cosas más fuertes y mucho más sabios.

El desamor es un proceso que acompaña el irse de una relación de pareja y que no surge de la noche a la mañana, si bien hay relaciones que tienen una muerte instantánea, la mayoría queda con un sentimiento que se apaga poco a poco. El desamor sana el resentimiento y el rencor, nos produce alivio con el paso del tiempo.



El maravilloso desamor nos evita seguir en relaciones llenas de indiferencia, vacías o llenas de sufrimiento. Nos permite buscar el amor que merecemos y dejar de esperar de una persona que ya nos dio todo lo que podía dar… el desamor nos permite volver a vivir, no es inmediato, pues necesitamos tiempo para sanar, pero nos hace pensar en nosotros mismos.
Cuando comenzamos a vernos, a cuidar de nuestro corazón y nuestros pensamientos dejan de estar orientados hacia el otro o la relación podemos ver que nuestra vida sigue, que los amigos están ahí, nuestras oportunidades, nuevas relaciones de amistad o incluso más adelante un nuevo amor.

En el desamor aprendemos a decir “GRACIAS, POR TODO”, aprendemos que se puede amar intensamente, pero que no siempre va a funcionar. Que amar no es sinónimo de seguridad absoluta a menos que se decida trabajar siempre por la relación, a no dar nada por hecho mientras no hacemos nada para que se mantenga y crezca. El desamor enseña que la vida cambia pero que eso no quiere decir que no seamos capaces de enfrentarla y crecer con sabiduría en ella.

Le tenemos miedo al desamor porque nos han enseñado que el amor debe ser para siempre, sí lo es, pero lo que cambia es el destinatario, todos tenemos capacidad de amar a pesar de lo vivido. Tenemos temor de quedarnos pero irnos también nos asusta, sentimos que quedarnos es continuar viviendo infelices e incluso algunos se sienten atrapados, pero irnos es enfrentar la posibilidad de quedarnos solos, de que nadie llegue a nuestras vidas… y pese al desamor muchos se quedan.

Quedarse es la peor prueba de amor, porque nuestro comportamiento cambia, nuestra mirada ya no está llena de magia, la cercanía física se vuelve una tortura y muchas veces evadimos de forma dolorosa e incomprensible para el otro. No me voy porque me da lástima, no me voy porque me da miedo, no me voy porque él/ella no se merece algo así… NADIE SE MERECE QUE SIGAN CON EL/ELLA CUANDO NO LO QUIEREN, LASTIMA ES LO PEOR QUE SE PUEDE SENTIR POR UNA PERSONA.

Nos cuesta aceptar que una relación, no funciona. Nos duele tanto pensar que “lo que pudo ser”, nos duelen las fantasías montadas en nuestra cabeza a partir de pequeños detalles que hicimos significativos, Mientras más tiempo pasamos con la persona más la incorporamos a nuestra rutina y nuestra cotidianidad. Y es esto precisamente lo que duele.

Cuando el amor decide irse, se va. La resurrección amorosa no existe, una cosa es que una relación se reconstruya cuando aún hay sentimientos entre las personas, pero cuando a una de ellas se le murió el sentimiento, no hay vuelta atrás. Esas canciones e historias del reclamo porque el otro nos dejó de querer, donde el reclamo se vuelve un lastimero vuelve, incluso muchas veces un perdóname, por todo aquello que no hice y hoy te prometo si hacer… Ya sea porque se cometieron muchos errores y el otro se cansó, porque nuestra relación no funciono porque nos sentimos poco valorados o no aceptados, esas actitudes no hacen funcionar la relación, usualmente se hunden en la desesperación por miedo al futuro, por la incertidumbre de nadie me va a querer… y eso no es amor.



Todos nos merecemos a alguien que nos mire como si fuéramos un milagro, porque lo somos… 

viernes, 9 de junio de 2017

SEXUALIDAD... MAS ALLÁ DE LA PUERTA

La sexualidad es en muchos aspectos el último tabú, aunque se vulgarice y se vuelva tema constante de conversaciones, bromas de doble sentido, etc. Hablar de lo que realmente ocurre de la puerta de nuestra intimidad hacia dentro es realmente muy difícil, un tabú. 

Los psicoterapeutas nos encontramos a personas que no pueden ni siquiera sentirse cómodos al hablar de sexualidad con su pareja: exponer abiertamente sus deseos y fantasías, o bien sus temores y ansiedad. 

En pareja tener claro la sexualidad de ambos y tomarse el tiempo para construir (si, construir la sexualidad) es un acto de amor, se basa en confianza, respeto, capacidad de comunicación, aceptación… es quitarse la máscara “del deber ser”: “la mujer decente”, “el hombre correcto”, etc. Para ser tu amor y tú amante. No se le olvide que es su pareja en todos los aspectos de la vida, por tanto es su amante en el sexo. 




La falta de comunicación, los mitos y leyendas sobre la sexualidad, la información distorsionada, la moral mal entendida, el machismo, los miedos, etc. Se vuelven responsables directos que la sexualidad en la pareja no funcione por la falta de comunicación y aceptación del otro. 

Entre los diversos mitos a “destrozar” para tener una vida sexual plena: Uno particularmente destructor, el sexo espontáneo. El tamaño es lo básico. Una mujer jamás debe tratar de enseñar algo a tu pareja. El sexo es sucio. Entre muchos otros. 

Cuando se habla de sexo hay que diferenciarlo de genitalidad, esta última es algo puramente biológico referido a los genitales femeninos y masculinos. La sexualidad de una persona es mucho más amplia, abarca aspectos de biológicos, funcionales y psicoafectivos. Suelen confundirse porque igualamos relaciones sexuales a coito, cuando es mucho más amplio y complejo. 


El punto central aquí es dejar claro que hablar de sexo en pareja es indispensable para que esa área funcione y ambos se sientan plenos y satisfechos. Por ello la creencia del sexo espontaneo es tan desvastadora; como alguien en medio de todo lo que implica la vida moderna puede estar dispuesto espontáneamente. Románticamente se escucha bien pero en la cotidianidad entre trabajo, universidad, hijos, problemas económicos que dos se sintonicen espontáneamente es casi de película de ciencia ficción, el sexo en pareja se discute y se acuerda, se crean las circunstancias, se trabaja para mantener viva la magia. Una pareja funcional sexualmente, acuerda días e incluso horas y aunque parezca una locura eso provoca más sexo espontaneo. 

La razón de lo anterior es simple: si logro acordar contigo en cuanto a frecuencia puedo comenzar a confiar en comentarte lo que me gusta o me gustaría, pero también en aquello que me siento inseguro y confío en que recibiré tú apoyo. Es tan importante saber que puedes confiar en el otro que eso ayuda a mantenernos a flote frente a las dificultades que se puedan presentar en la sexualidad con embarazos, menopausia, problemas erectivos, etc. 

Quitarnos las máscaras del deber ser y permitirnos ser se construye con hechos en la sexualidad, no se preocupe si se siente raro o incomodo al principio la construcción de esa parte de la relación es un proceso de tiempo, que requiere sentirme querido, valorado y apreciado por la pareja y sobretodo no juzgado por aquellas cosas que nos llaman la atención o nos agradan. Para gustos los colores… la sexualidad es parte de la ensalada que se forma de una construcción de pareja. 

Por ello aprenda a jugar, la sexualidad es una parte de nuestra personalidad en el juego previo se demuestran nuestros rasgos de carácter, pero es el área en que más nos cuesta ceder y aprender. NO tema a que su pareja lo guíe sobre lo que le agrada o quiere, y haga lo mismo: guíe a su pareja en la exploración de su cuerpo. La penetración por si misma difícilmente lleva al orgasmo a una mujer. 



Sobre este punto quisiera hacer énfasis en un punto que para los sexoterapeutas se vuelve una consigna a enseñar en las personas que acuden a buscar ayuda: Aprenda a disfrutar del proceso, no se centre únicamente en la parte del coito. Recuerde la sexualidad es para disfrutarla no para demostrar nada. 

Partir de la consigna de disfrutar implica un disfrutar de sí mismo y disfrutar de su pareja, supere el que no sea perfecto o perfecta simplemente disfrútese, esa seguridad es algo sumamente sexy en la relación ya que te permite ser libre para dar y recibir sin falsos pudores y logrando la intimidad emocional que se asocia a una relación de pareja en el sexo. Esta intimidad no solamente tiene que ver con la parte corporal sino actitudinal: nada más desagradable y clarificador que no le interesas al otro que luego del sexo evite tu contacto, un abrazo o el roce de las manos es señal de aquí estoy, incluso lo que para muchas es incómodo que el hombre inmediatamente se duerma es señal de confianza en ti. La falta de información y las falsas creencias hacen que en lugar de disfrutar nos sintamos inseguros y ansiosos.

Hay mucho más que hablar de sexualidad, es imposible cubrir el tema de una sola vez así que poco a poco iremos abordando los diversas temáticas

Un comentario final: siéntase sexy y disfrute… su pareja se lo agradecerá. 

miércoles, 31 de mayo de 2017

YO TE ELIJO

Si, así exactamente, Yo, te elijo. 

Enamorarnos es una cosa pero amar es otra, muchas personas se enamoran, pero ¿son capaces de construir el amor con el otro y hacia el otro?

Enamorarse es tan fácil, es un proceso maravillosamente constituido de una respuesta puramente biológica en que el otro nos impacta de manera tal que el proceso químico nos hace verlo único, especial y maravilloso. Defectos se ven como cosas menores e incluso graciosas, pero que al final se vuelven insoportables o cuando menos motivo de conflicto. 

Los motivos de la elección pareja parecieran ser tan diversos como personas en el mundo, pero no es así. Todos elegimos siguiendo un patrón básico: lo que falta en nuestra vida. Craso error, porque bajo esa premisa nuestras relaciones fracasan. Irnos por la dinámica de vienes a complementar mi vida o eres mi media naranja es definitivamente poner el primer clavo de una cruz que tarde o temprano mata la relación. 

La primera regla de una elección de pareja debe ser: Te prefiero.  

Cuando elegimos pareja no estamos llenando huecos o esperando una persona que venga a salvarnos, hacernos felices o en su defecto que sea mi complemento. Abandone la idea de la media naranja: en pareja hay que ser una ensalada, es el trabajo de equipo el que hace funcional la relación, dos iguales no funciona, es la fusión única entre dos lo que hace una relación de compañerismo, intimidad emocional y sexual, un socio para las buenas y las malas, y un construido etcétera. 


Pero ¿Qué prefiero?  

Uno, el punto de elección no es la complementariedad, porque pareciera que buscamos un opuesto y no debe ser así, no es que el otro llene mis vacíos o haga lo que no soy capaz de hacer, al contrario es alguien que me estimule a ser… a potenciar lo que soy no que quiera cambiarme. Partamos de que con nuestro socio debe existir confianza y fe en las capacidades del otro, tener claro que en muchas ocasiones nos abrirá los ojos pese a lo doloroso que eso pueda ser, pero que nos alentara y apoyara en nuestros procesos. 

Dos, jamás se elige pareja por soledad, Cuando estamos en ese punto de la vida donde sentimos desesperación o sensación de “necesito” es el peor momento para escoger porque cualquiera que nos haga sentir bien un momento y haga ruido, llene espacios nos ‘enamora”. Estamos dispuestos a tomar a quien sea como compañía porque no soportamos enfrentar el silencio, pero realmente no podemos llegar a amar porque es nuestra salvación y eso nos lleva a aceptar situaciones negativas, incluso maltrato, indiferencia, violencia, etc. 

Uno elige pareja cuando tiene claro que quiere compartir la vida, cuando se da cuenta que esa persona suma a tu vida en todo aspecto. Que estas bien solo pero con esa persona estas mejor. Compartir la vida no implica yo me hago responsable de ti, sino me hago responsable de nuestra relación. 

Tres, se elige pareja con base a conveniencia, sí, por conveniencia. Eso de contigo pan y cebolla es una mentira que al final destroza a las personas involucradas. Todos tenemos un estilo de vida y estamos acostumbrado a él, mejorar no es problema, pero bajar el nivel de vida si se vuelve complicado. La creencia que el amor romántico alimenta no es cierta, esa leyenda ha llevado a muchos a  convertir el amor en odio y aunque en un principio se sobrelleva con el tiempo desgasta y aniquila la admiración y el respeto. Por tanto, más allá de lo económico incluya me conviene. Hágase la pregunta: ¿Invertiría todos mis ahorros en una empresa que administraría la persona de la que me siento enamorado/a? Si su respuesta es no, entonces porque le daría su vida para que la comparta a administrarla; si su respuesta es sí, perfecto, es la persona correcta. 

Cuatro, elija a la persona con quien pueda estar cómodo y conversar. Uno de los aspectos más difíciles de construir una vez se ha deteriorado en una relación es la comodidad de compartir espacios y tiempos, por tanto, cuidar ese punto es vital para toda pareja que quiera mantenerse en el tiempo. Querer estar juntos parte, de ese olvidado aspecto, la intimidad emocional sobre ella se construye el amor decisión y los aspectos de la confianza, el apoyo, la comprensión y la sexualidad. 

La comunicación en todas sus manifestaciones: desde el más profundo silencio, el abrazo que nos hace sentir amado, protegido, apoyado, etc., el beso en la frente o el más intenso y apasionado; la risa, las palabras… todo y cada una de nuestras acciones es una forma de comunicarnos que alimenta la comodidad pero que al mismo tiempo la comodidad alimenta. Una continua espiral en crecimiento que fortalece la relación. 


Quinto, haga un recuento de sus errores y aprendizajes de relaciones pasadas y con base a ello destroce, si eso dije, destroce sus expectativas: la personas idealizada no existe, pero si existe una persona con muchas cualidades que usted no ve por estar centrado buscando fantasías. Es bueno tener ilusiones, ser cursi y para amar hay que ser valiente pero con los pies en la tierra: la persona perfecta no existe y nosotros tampoco lo somos. No significa que voy a aceptar menos de los que merezco, pero amar al otro como es y aceptar lo que puede ofrecernos es el principio de una relación saludable y digna, claro que podemos mejorar pero sin dejar de ser quien somos. 



Hay una regla de oro: por estar buscando lo que no tenemos descuidamos aquello que si tenemos. Dejamos de disfrutar tanto por estar llorando aquello que no es parte de nuestra vida. 

Sexto, y no porque solamente sean esos, tenga claro para quien ama a su pareja. Uno ama al otro para uno y por tanto lo tratara como uno se trate a sí mismo. Si buscamos pareja para no estar solos, para que no digan que somos solterones, porque ya es la edad adecuada, porque es la persona que les parece a mi familia, etc.;  Nuestra relación está condenada al fracaso ya que falta en ella uno de los pilares de la relación de pareja el amor químico, podemos sentirnos bien e incluso sernos convenientes pero esa maravillosa sensación de rozar una piel o unos labios es imposible de crear artificialmente, hay química o no hay química… 

martes, 23 de mayo de 2017

¿FUNCIONA NUESTRA RELACIÓN?

Hablar de amor de pareja será siempre un tema polémico porque nuestro concepto depende del aprendizaje de variadas experiencias infantiles, adolescentes, lo escuchado de nuestras familias, etc. Cada uno de nosotros adecua el concepto de amor a nuestra medida y necesidad.

No voy a hablar de las personas que administran el amor, voy a hablar de la relación construida entre las dos personas, cada relación es única y prácticamente tiene vida propia, el vínculo construido tiene como base a las personas, pero la “química” entre dos se modifica y evoluciona. NO hay dos relaciones iguales, cada uno de nosotros construye con, hacia y para el otro una relación única e irrepetible.

Esa construcción del nosotros nos lleva a cuestionarnos ¿Podemos vivir de puro amor?, ¿es suficiente la atracción física?, ¿puedo convivir con esta forma de pensar y actuar? Llegamos incluso cuestionarnos sobre temáticas tales como: me siento tan bien, pero no me gusta, me gusta, pero más allá de lo físico me frustra, no siento que quiera el futuro que él o ella sueña, etc. 

Factores para evaluar una relación funcional en el siglo XXI.

     Te ríes: El buen humor compartido es la base de una relación saludable, permite que las personas sobrelleven mejor los momentos de estrés y dificultades. La risa sintoniza a las personas en un ambiente más agradable y confortable, incrementa los niveles de confianza y cercanía. Una pareja que disfruta de la complicidad de una broma indica que también son amigos. 

    Hay confianza: No se define como el saber todo del otro es, contrariamente, no necesitar saberlo. La confianza es uno de los procesos más complejos de una relación, no se regala, se gana. No se debe basar en palabras ni promesas sino en acciones congruentes. No confiamos igual en todas las áreas, en algunas necesitamos aceptar que no somos lo máximo. Somos confiables en fidelidad, pero nos cuesta manejar bien el dinero, etc. El punto es aceptarlo y mejorar.  


      Hacen planes a futuro: En las acciones y lenguaje incluye el futuro mediato e incluso a largo plazo, no es con promesas sino se estructura el futuro no basado únicamente en un ‘yo’ sino en un ‘nosotros’ que implica toma de decisiones y sacrificios en pareja. No son las promesas adolescentes al calor de una emoción, sino la construcción paulatina de una relación a largo plazo. 

   Puedes hablar de todo: No significa que van dar detalles de relaciones pasadas ni mucho menos. Es la capacidad de comunicar lo que está ocurriendo en los diversos aspectos de nuestra vida sin temor a ser juzgados y/o rechazados. Siempre es importante partir que todos somos diferentes, aprender a comunicarnos asertivamente es importante (saber cuándo, cómo, dónde y claramente respetar todo lo que vive el otro es un punto vital en este proceso).

    Está contigo en los momentos difíciles: No significa que va a venir a resolver los problemas, sino a no dejarte solo enfrentándolos. No hay que confundir el acompañamiento con un rescate. Esto último no es sano para ninguna relación. 


     Hay igualdad: Implica asumir las responsabilidades y derechos de una relación a partir de un nosotros, tener claridad que ambos merecen lo mismo y realizarse en aquello que los hace felices individualmente y como pareja.  No es la actitud: yo haré lo mío y veremos si se logra algo de lo tuyo, o bien tú tienes la responsabilidad de que funcione la relación y hacerme feliz, que estemos bien o mal es culpa tuya. 

     Hay respeto: Es la palabra mágica de toda relación, no es solamente tratar al otro como una persona con la educación y consideración propia del amor que le sentimos, sino algo más profundo: no intento cambiarte, no quiero estar contigo para hacerte la persona que quiero que seas, sino colaborar a que sea la mejor versión de ti mismo que cada uno de nosotros decide ser. 


Se sienten cómodos: Una señal infalible de una buena relación es la capacidad de compartir el espacio físico y sentirse bien. Poder compartir en silencio o en una charla: es la sensación maravillosa de poder ser uno mismo con esa persona.

Hay perdón: Todos podemos hacer algo que dañe o lastime al otro, no porque lo queramos hacer sino porque simplemente no somos perfectos. Muchas veces fallamos porque no supimos manejar la situación, nuestra falta de experiencia, etc. Las parejas funcionales aprenden a superar errores y sobre todo a crecer en los momentos de crisis. 

Se sienten cómodos: Una señal infalible de una buena relación es la capacidad de compartir el espacio físico y sentirse bien. Poder compartir en silencio o en una charla: es la sensación maravillosa de poder ser uno mismo con esa persona. 

Respeta tu espacio personal: Cuidar una relación en de todos los días, pero no es una asfixiante cárcel de la que cualquiera quisiera salir corriendo. Una relación son dos líneas que caminan juntas, se alejan y se acercan pero llevan el mismo rumbo, jamás es un subrayado. El tiempo y espacio personal son parte vital de nuestra cotidianidad, eso incluye tiempo con la familia, los amigos, el estudio, etc. ¡Quiero compartir mi vida contigo, no quiero que vivas mi vida!

Valora tu persona: Es un punto clave, sientes que para esa persona eres único y especial. Que sabe quién eres y te acepta así, valora tus cualidades y conoce aquellas áreas a mejorar, pero no vive echándote cosas en cara. Tienen ambos claro que son una prioridad, pero no una necesidad, te sientes amado, cuidado, apoyado y sobretodo sabes que se siente orgulloso de ti.

Pero así como hay elementos que la hacen funcional hoy otros que son auténticos asesinos de relaciones 

Celos: Una persona celosa es una persona insegura que vive tratando de vigilarnos todo el tiempo, no confía en nosotros y llega a ser violenta (cuando menos psicológicamente). Un celoso es alguien con quien es imposible estar cómodo, hablar y compartir porque siempre encuentra algo malo. 

Creernos dueños de la vida del otro: NO somos los padres de nuestra pareja, no debemos dirigir su vida, cada uno es dueño de sus decisiones. De un controlador todos huimos. 



Celos: Una persona celosa es una persona insegura que vive tratando de vigilarnos todo el tiempo, no confía en nosotros y llega a ser violenta (cuando menos psicológicamente). Un celoso es alguien con quien es imposible estar cómodo, hablar y compartir porque siempre encuentra algo malo. 

La envidia: Tu pareja debe apoyarte en tus proyectos y creer en ti, si no soporta tus éxitos y encuentra un pero a todo aquello que te ayuda a desarrollarte paulatinamente irán surgiendo distancias y malos entendidos. 



El mal sexo: Hay química o no hay química, pero también es las decisiones que llevan a mantener la llama encendida. Olvide que el sexo debe ser espontaneo, en una pareja funcional es planeado, si a eso agrega el espontaneo, maravilloso.  

Poner a prueba el amor del otro: Se confía en el otro o no se confía, pero estar constantemente probando al otro o exigiendo que nos demuestren acaba por volverse un problema. Las pruebas constantes gritan inseguridad en uno mismo, y eso mata el amor de cualquiera. 

No saber discutir: Pareja que no discute… alguno está mintiendo. Las personas que conviven deben de llegar a acuerdo y para ello deben exponer sus diferencias y opiniones de forma asertiva para llegar a un acuerdo, esa es la base de una buena relación de pareja. Pelear es destructivo pero discutir es saludable. 

Dar por hecho la relación: Nada peor que alguien que da por seguro al otro, se le olvido conquistar, cuidar, estar pendiente, etc. En resumen, se olvidó de ser parte de la cotidianidad del otro y al hacerlo poco a poco el otro va aprendiendo a vivir sin él, aunque al principio lo extrañe a final se acostumbra a la ausencia y sigue adelante.  

Creer que el amor de verdad aguanta todo: El amor debe ser cuidado sino cambiara de destinatario. El que administra el amor es una persona con  pensamientos y emociones y sobretodo con límites. Si estos no se respetan el otro comienza a sentirse desvalorado, desatendido, abandonado, etc. Así no hay amor que florezca o se mantenga. 

Creer que no podemos ser felices sin el otro: Un persona que depende de nosotros es alguien que cansa, de la que tarde o temprano queremos huir, suficiente responsabilidad es hacerse cargo de uno mismo como para asumir al otro. Se busca una pareja no un secuestro emocional. 

No expresar lo que sentimos: Lo deje para el final porque es el error más común, él o ella ya sabe que lo quiero, que lo amo, que es importante. Puede que en algún momento lo haya sabido con certeza ahora necesita escucharlo, verlo, sentirlo. No decir implica el riesgo de dejar vacíos, no significa que el otro deba escucharlo todos los días a todas horas, sino hacer que lo sepa, que se sienta seguro y amado. Eso da paz y abre las puertas a construir, perdonar, comunicarnos, reír, etc. 


Ya evaluó lo que hace su pareja por la relación, pero la pregunta real debe ser: Y yo ¿qué doy? , porque para demandar al otro somos buenos, pero para ver necesidades de los demás tendemos a ser completamente miopes, somos los reyes de la suposición, y muchas veces caemos en el vicio de creer que hacemos las cosas bien y no es así. 

En definitiva, el amor por sí solo no es capaz de sostener ninguna relación. Requiere una construcción consciente y diaria de las condiciones para que se desarrolle. 

miércoles, 17 de mayo de 2017

EL CIBERESPACIO ¿POSITIVO O NEGATIVO?

Un maestro universitario me enseño que la mejor de las respuestas es “depende” y en este caso se aplica maravillosamente. En general la tecnología como tal puede verse como positiva o negativa en la vida de alguien basada en el uso que cada uno de nosotros le dé. 

Si bien es cierto, ya se habla de retraso mental tecnológico (aunque genera un profundo debate), de la incorporación del acceso a Internet como un derecho humano, etc. Lo que a todos nos queda claro es que la tecnología llegó para quedarse y debemos aprender a convivir con ella para obtener los mayores beneficios posibles sin llegar a ser sus esclavos.

El Internet es una herramienta poderosa, pero su uso se extiende mucho más allá de una herramienta de trabajo a un poderoso agente educativo en todos los aspectos de la vida. Ha llegado a modificar la forma en que socializamos e interactuamos, ahora nos encontramos con la “ciberamistad”, el “ciberamor”, el “cibersexo” y todo el protocolo incluido en ellas. 



El Internet posibilita nuevas formas de interacción social, crea nuevos contextos para la acción y la interacción, reestructura las relaciones sociales existentes, contribuye con nuevos espacios para la autopresentación y la percepción de los demás, también ayuda a transformar las instituciones y organizaciones sociales de las que forma parte.

Todos tenemos criterio suficiente para entender la diferencia entre un amigo de verdad y un mero contacto en una red social, pero es cierto que la concepción de amistad no es la misma para una persona de 50 años que para un adolescente o incluso un niño.



Para los nativos digitales que acumulan cientos de “amigos” con los que comparten a diario fragmentos de su vida: imágenes, estados en Facebook, vídeos… Personas con las que quizás jamás se hayan visto o haga décadas que no se ven y que ellos consideran sus amigos reales.


Trasladamos nuestras convenciones sociales del mundo real al mundo virtual. La Internet no es un mundo virtual vacío o anárquico de reglas de convivencia, sino que expresa perfectamente bien las diferentes formas de ver el mundo real, pero que se expresan bajo nuevos aspectos. Las NETIQUETAS son las reglas de educación o cortesía que utilizamos para comunicarnos a través de distintos medios en la Web. 



Pero también la red tiene sus peligros que igual que en el mundo “real” debemos enseñar a los niños y adolescentes a afrontarlos (infórmese, siempre debe mantenerse informado), debe tener claro que NICKNAME puede ser un indicativo no solamente de rasgos de personalidad, gustos, etc. Son también utilizados como forma de ocultar blogs o páginas de trastornos psicológicos donde comparten información de todo tipo. 



El peligro actual en las redes sociales: CIBER RETO “LA BALLENA AZUL”

Debemos partir del objetivo inicial del creador del reto: Limpiar la escoria social. Se requiere ser invitado o bien solicitar entrar y no todos son aceptados. 


Antes de realizar un acercamiento a un posible perfil de la víctima es necesario aclarar que: se le pregunta al joven si acepta o no, una vez que se acepta no hay vuelta atrás y pasa a ser observado constantemente por un “curador” nombre que  recibe el joven que supervisa un grupo cerrado de personas que están realizando el reto y a quien deben de presentar pruebas de estar cumpliendo cada reto. Si la persona incumple o desea salirse recibe amenazas de parte de los curadores, amenazando de muerte a alguna persona querida para el jugador o jugadora (ya se presentó un caso, no confirmado, de un joven muerto por su hermana negarse a seguir los retos). 

Los cincuenta retos que se encuentran dentro del juego están elaborados de forma tal que el curador adapte cada uno de ellos a los rasgos particulares del jugador, por tanto el conocimiento del sentir y pensar del adolescente son importantes, aquí es donde todo lo publicado en las redes sociales ha sido detalladamente estudiado con la finalidad de estructurar cada elemento de forma tal que lleve al límite emocional al jugador. 

Los adolescentes que podrían ser víctimas de alto riesgo son producto de una familia multi-problemática, con violencia intrafamiliar, padres con trastornos mentales, jóvenes que practican autolesión, problemas adaptativos, etc. Estos jóvenes poseen los rasgos básicos de baja autoestima, problemas de autoimagen, relaciones sociales disfuncionales, problemas de reconocimiento, expresión de emociones y sentimientos, necesidad de pertenencia, reconocimiento y valía. 



En la mayoría de los adolescentes se observa dificultad en el manejo de las relaciones sociales, en la adolescencia encontramos la necesidad de ser parte de grupos diferentes a la familia, razón por la cual observamos ropa y actitud diferenciada a la común en su grupo familiar. Pero integrarse a un grupo requiere elementos comunes a sus participantes, lo que lleva a los jóvenes a cuestionarse sobre sí mismo, la diferenciación de los demás en términos negativos es la llave de entrada a los grupos y subculturas sociales que se orientan a actividades antisociales o a ocultos grupos que realizan actividades socialmente cuestionadas o rechazadas. La visualización por parte de los curadores de estos perfiles se realiza a través de las redes sociales más comunes (actualmente Facebook). 



En este contexto el reto “hacerse un enemigo” se entiende como parte de reafirmar la inadecuación social de la víctima, ya que para entrar a categoría de enemigo los lineamientos son claros, e incluye en el juego de manera indirecta otros jugadores, fomentando el Bullying en los centros escolares y otros conflictos al interior de su grupo, así como exponerse a otras situaciones o personas de riesgo buscando realizar estas actividades. 

En conclusión, las victimas del reto son elegidas a través del estudio minucioso de las redes sociales, por tanto el trabajo con el manejo de las redes sociales por parte de los adolescentes pero conjuntamente el trabajo de prevención de padres y maestros es vital (además de los que desde dentro del ciberespacio pueda hacerse) ya que el perfil de la víctima está cada vez más claro. 

A manera de comentario final no todo en la web es bueno y no todo es malo, simplemente es cuestión de enseñar los criterios que lleven a los niños y adolescentes a tomar las decisiones adecuadas, sin infundir miedo pero procurando orientarlos prudentemente a asumir responsablemente su vida.