No es que sean malas personas ni siquiera
se cuestionan si lo son, básicamente ellos son personas educadas con el
lineamiento: LO MEJOR DE LO MEJOR PARA MI HIJO, NO PUEDE NI DEBE FALTARLE NADA.
La sobreprotección paterna produce
fragilidad en su carácter a la hora de superar las situaciones con acciones
reparadoras o bien optar por salidas alternas, enfrentar la vida se vuelve un
problema serio y para alguno sumamente difícil de superar, con tal de no vivir
el fracaso son capaces de mentir, falsear información, etc. (es la generación
de la corta y pega, el hacer Bullying para que otro haga mi trabajo, etc.)
Tanto les dicen “no viviste lo que yo
viví”, pero no están permitiendo que vivan lo que deben de vivir ellos. No
permitir que nuestros hijos enfrenten sus problemas no los hace más felices,
sino todo lo contrario, a mediano plazo se vuelven personas con problemas de
indefensión: no saben ni cómo, ni de quién defendernos o pedir apoyo o consejo.
Todo aquello que con los problemas del colegio y los amigos no es aprendido, los
vuelve torpes o incapaces de ver opciones para solucionar.
La generación blanda no acepta discursos
y no suele tomar partido, para ellos estar de acuerdo con todo y aceptar todo
es parte de no complicarse. Como valor y principio la apertura a todos es
buena, el problema es que no está sustentada realmente en análisis y
convicciones, sino en comodidad y evitar confrontar. Los nuevos valores
emergentes son adecuados cuando parte de cuestionamientos y dan paso a la
equidad, con la igualdad como utopía.
NO es que todo sea malo, definitivamente
su capacidad de manejar la tecnología y aplicarla para hacer una vida mucho más
fácil es sin duda un atributo de esta generación. La tecnología se ha vuelto
parte de su existencia y no pueden estar sin ella. ¡Y está bien! Pero hay que
dar el uso adecuado a esta forma de vida, facilitar acceso al conocimiento y
mantenerse unido a los demás es importante en las nuevas espacios del
conocimiento, pero ¡no para vivir ahí!
Definitivamente los padres somos
responsables, muchos delegamos a la computadora el entretenimiento e incluso la
compañía durante muchas horas, pero la brecha generacional a muchos les ha
ganado la partida, aunque parezca muy graciosa la imagen siguiente describe a
reacción de esta generación blanda a sus padres:
Aislados, sin vínculos afectivos,
totalmente tecnologizados y con pocas capacidades de socializar. Contrario a lo
que piensan los padres, no viven comunicándose con otros, no interactúan más
allá del entorno virtual. Esta generación es individualista y poco o nada
orientada a la empatía, pueden apoyar cibernéticamente pero no harán acciones
más allá de esas. Aislados en su mundo virtual el trabajo en equipo, la
solidaridad, empatía, entre otras no se desarrollan consecuentemente se vuelven
inseguros, disfrutan poco o nada de la convivencia social. Tener lo que
necesitan para continuar en su mundo virtual y lograr una vida tranquila en la red es más que suficiente para ellos.
Pareciera que en nuestro país, otros
elementos se conjugan para hacer de la generación blanda una realidad más
compleja, de la que hablaremos próximamente
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