martes, 9 de mayo de 2017

DESINTOXICANDONOS

En un mundo donde la imagen es cada vez más importante, y pese a que digamos que no importa, observamos. Mantener nuestra mente y nuestra alma es también parte de nuestra presentación personal, hay algunas personas que se acercan a nosotros y sentimos que nos dejan agobiados, cansados o tristes. En algunos casos, hasta comentamos: “es tan feo hablar con X, es tan negativo”. Una verdadera nube de tormenta parece estacionada sobre sus cabezas (como en el personaje Mala Suerte, de los Picapiedra). Al final son personas que poco a poco se hunden en estados mentales y emocionales negativos para sí mismos y para el entorno. 


Es normal que tengamos días con problemas, la diferencia es la actitud con que decides enfrentar el día. Algunos deciden que un problema de 5 minutos arruine un día de 24 horas, para otros solo fue un contratiempo que no arruina sus relaciones, ni su trabajo y tampoco su estado de ánimo.

La higiene mental no es cuestión de suerte o que alguien ya es así, todos hemos pasado por procesos dolorosos y aprendimos a fuerza de experiencias que la única forma de salir de los problemas es cambiar nuestra forma de enfrentar la vida, que las actitudes que asumimos se basan en la forma de pensarnos y pensar del mundo.

Haga de los pasos siguientes, su ritual de belleza (hombres y mujeres tenemos un ritual para arreglarnos todos los días). Simplemente inclúyalo. 

Primero, en la mañana, antes de revisar celular, véase al espejo y dígase: Tengo frente a mí a la persona que más amo en el universo. 

Cierto que es maravilloso encontrar un mensaje de buenos días de la persona adecuada y significativa, pero no puede ser la base de nuestra valía y autoestima; que alguien nos ame y le amemos es definitivamente un regalo maravilloso del universo (es mágico, si quiere verlo así) pero no podemos amar a nadie si no nos amamos a nosotros mismos, y nadie es capaz de llenar nuestra necesidad por mucho amor que nos brinde si no somos capaces de ver y valorar lo que nos está brindando. 

Verbalizar que nos amamos es un paso vital para la salud mental, al principio cuesta creerlo y más aún cuando nos han enseñado que amar a los demás es primero, pero nadie puede dar lo que no tiene. Al final tratamos a los demás como un reflejo de cómo nos vemos. 


Le pregunto ¿Para quién ama a su pareja? ¡Para usted! Siempre es la misma respuesta. Se cuida de su pareja con el mismo amor que tenemos por nosotros. Es tan difícil entender que el razonamiento lógico es: me amas a mí por tanto si yo no valgo la pena tú eres tonto o incapaz por amar a alguien como yo. La admiración por el otro es parte vital de toda relación, olvidarnos de nosotros mismos es el camino más seguro para que nos dejen de amar. 

Segundo, en la noche tome una ducha mental y emocional, así como toma una ducha de rutina todas las mañanas.  Límpiese de lo negativo del día, guardar rencor es mantenerse amargado y caminar hacia la depresión. NO soltar el pasado pesa y termina hundiéndonos. Me encanta esta historia:


Eso también significa que parte de nuestra desintoxicación es aprender a enfocar la situación de la manera más saludable: enfocarse en las soluciones y no en el problema, entonces nuestro cerebro reacciona generando mayores opciones, nuestro estado de ánimo cambia y por ende nos sentimos llenos de energía y nuevas ideas para continuar. EL problema siempre es de enfoque, limpie esa forma de ver la vida siempre enfocada en lo negativo, los problemas y sobretodo en los problemas del ayer. 


Tercer paso, no viva en el futuro. Si la depresión está asociada al pasado, la ansiedad está asociada al futuro. Se nos olvida que el hoy es el ese mañana por el que tanto hemos luchado. 

Nos han educado para ser felices hasta que… lo tengamos todo, prácticamente cuando tengamos algo terminado y perfecto y eso no pasará NUNCA. Siempre que se logra una meta inmediatamente es el punto de salida para otra nueva. No nos dijeron que la felicidad está en el proceso, en el maravilloso viaje que es el descubrimiento del día a día. Por supuesto que debemos saber hacia dónde vamos y como haremos para llegar, pero eso no debe impedirnos disfrutar de cada paso del proceso. 

Olvidar el hoy es olvidarnos de disfrutar del día a día. Hay una regla de oro que uno debe aplicar en la vida: Vivir como si fuera el último día de la vida para disfrutarla y aprender cada día como si fuese a vivir para siempre. 

Queremos tanto llegar, ser y tener que olvidamos lo más importante ¿para qué queremos ser, tener y llegar? Para tener una vida plena y la plenitud está en cada pequeño paso, en cada pequeño logro que nos vuelve más fuertes y más sabios y si los observamos nos dan autoestima, valía y nos llenan de felicidad. 


Vivir en el ahora no es ignorar pasado y futuro, es respetar la enseñanza del pasado y al aplicarlas construir un mejor futuro. 


Cuarto paso, Aleje a las personas tóxicas de su vida. Ser buena persona no es sinónimo de permitir que los demás abusen y poner límites no lo es de ser grosero, malo o egoísta. Simplemente implica valorarnos como personas y dejar claro que nosotros somos quienes tenemos el timón del barco de nuestra vida. Poder expresar claramente: Si, no, quiero, cambie de idea o de planes, me gusta o no me gusta, etc. El punto es: cada uno de nosotros tiene derecho a ser. Y con base en ello tenemos un derecho y una obligación: ser auténticos. 


Las personas tóxicas no solamente son parejas y amigos, pueden ser nuestros familiares cercanos y muchas veces nos encontramos atrapados en la “obligación” de ser bueno y serlo es hacer lo que ellos dicen. La persona que realmente nos ama nos deja ser, cierto nos ayudan a mejorar como personas y nos permiten equivocarnos sin juzgarnos, nos aman pese a nuestros errores siempre y cuando los respetemos y amemos. Las personas tóxicas no respetan, nos confunden, nos hacen creer que su versión es la real y nos descalifican sin piedad frente a otros, pero sobretodo nos hacen dudar de nuestra visión y valoración de nosotros mismos. 


Las personas tóxicas se esconden bajo el disfraz de víctima de la vida a la cual todos le debemos, el mundo le debe, el universo entero le debe. Su toxicidad se basa en la idea de que al merecerse todo los demás debemos llenarlo de felicidad, paz o hacer todo lo posible e imposible porque se sienta amado. Pero él o ella son barriles sin fondo, agujeros negros del espacio… seres insaciables en todo aspecto, y donde el otro siempre, sí SIEMPRE es malo, injusto o no ama suficiente. La cruz que uno carga es imposible de levantar, la víctima es realmente un agresor psicológico para su pareja, sus hijos e incluso sus amigos y personas cercanas, y no es capaz de verlo. 

En la víctima se concentran muchas manifestaciones de toxicidad que pueden presentarse separadamente: el constante mete culpa a otros; el manipulador, el agresivo verbal, el mediocre, etc. Sea cual sea el caso, tenga claro que de usted depende dejarse llevar por ellos y muchas veces la única forma de salvarse en alejándose, otras veces al enfrentarlos empeoran las cosas en el primer momento, pero finalmente terminan aceptando límites, a regañadientes. 

Desintoxicarse en un proceso, de tiempo y disciplina, mejorar nuestra salud mental parte de una premisa básica: Jamás lo intente, decida hacerlo. Cuando uno intenta se da permiso de darse por vencido y dejar de intentarlo. Cuando uno decide hacerlo, pese a los tropiezos y las dificultades uno continua en el proceso, sabiendo que cada problema es un aprendizaje que me acerca a mi meta. Y mi meta es ser perfectible no perfecto.


Lo perfectible es ser cada vez mejor y es un proceso constante que dura toda la vida… Vivir es una aventura maravillosa, siempre y cuando usted decida vivirla. 


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