En un mundo donde la imagen es cada vez más importante, y pese
a que digamos que no importa, observamos. Mantener nuestra mente y nuestra alma
es también parte de nuestra presentación personal, hay algunas personas que se
acercan a nosotros y sentimos que nos dejan agobiados, cansados o tristes. En
algunos casos, hasta comentamos: “es tan feo hablar con X, es tan negativo”. Una
verdadera nube de tormenta parece estacionada sobre sus cabezas (como en el
personaje Mala Suerte, de los Picapiedra). Al final son personas que poco a
poco se hunden en estados mentales y emocionales negativos para sí mismos y
para el entorno.
La higiene mental no es cuestión de suerte o que alguien ya es
así, todos hemos pasado por procesos dolorosos y aprendimos a fuerza de
experiencias que la única forma de salir de los problemas es cambiar nuestra
forma de enfrentar la vida, que las actitudes que asumimos se basan en la forma
de pensarnos y pensar del mundo.
Haga de los pasos siguientes, su ritual de belleza (hombres y
mujeres tenemos un ritual para arreglarnos todos los días). Simplemente inclúyalo.
Primero, en la mañana, antes de revisar celular, véase al
espejo y dígase: Tengo frente a mí a la
persona que más amo en el universo.
Cierto que es maravilloso encontrar un mensaje
de buenos días de la persona adecuada y significativa, pero no puede ser la
base de nuestra valía y autoestima; que alguien nos ame y le amemos es
definitivamente un regalo maravilloso del universo (es mágico, si quiere verlo así)
pero no podemos amar a nadie si no nos amamos a nosotros mismos, y nadie es
capaz de llenar nuestra necesidad por mucho amor que nos brinde si no somos
capaces de ver y valorar lo que nos está brindando.
Verbalizar que nos amamos es un paso vital para la salud
mental, al principio cuesta creerlo y más aún cuando nos han enseñado que amar
a los demás es primero, pero nadie puede dar lo que no tiene. Al final tratamos
a los demás como un reflejo de cómo nos vemos.
Le pregunto ¿Para quién ama a su pareja? ¡Para usted! Siempre
es la misma respuesta. Se cuida de su pareja con el mismo amor que tenemos por
nosotros. Es tan difícil entender que el razonamiento lógico es: me amas a mí
por tanto si yo no valgo la pena tú eres tonto o incapaz por amar a alguien
como yo. La admiración por el otro es parte vital de toda relación, olvidarnos
de nosotros mismos es el camino más seguro para que nos dejen de amar.
Segundo, en la noche tome una ducha mental y emocional, así
como toma una ducha de rutina todas las mañanas. Límpiese
de lo negativo del día, guardar rencor es mantenerse amargado y caminar
hacia la depresión. NO soltar el pasado pesa y termina hundiéndonos. Me encanta
esta historia:
Eso también significa que parte de nuestra desintoxicación es
aprender a enfocar la situación de la manera más saludable: enfocarse en las
soluciones y no en el problema, entonces nuestro cerebro reacciona generando
mayores opciones, nuestro estado de ánimo cambia y por ende nos sentimos llenos
de energía y nuevas ideas para continuar. EL problema siempre es de enfoque,
limpie esa forma de ver la vida siempre enfocada en lo negativo, los problemas
y sobretodo en los problemas del ayer.
Tercer paso, no viva en
el futuro. Si la depresión está asociada al pasado, la ansiedad está
asociada al futuro. Se nos olvida que el hoy es el ese mañana por el que tanto
hemos luchado.
Nos han educado para ser felices hasta que… lo tengamos todo,
prácticamente cuando tengamos algo terminado y perfecto y eso no pasará NUNCA. Siempre
que se logra una meta inmediatamente es el punto de salida para otra nueva. No
nos dijeron que la felicidad está en el proceso, en el maravilloso viaje que es
el descubrimiento del día a día. Por supuesto que debemos saber hacia dónde
vamos y como haremos para llegar, pero eso no debe impedirnos disfrutar de cada
paso del proceso.
Olvidar el hoy es olvidarnos de disfrutar del día a día. Hay
una regla de oro que uno debe aplicar en la vida: Vivir como si fuera el último
día de la vida para disfrutarla y aprender cada día como si fuese a vivir para
siempre.
Queremos tanto llegar, ser y tener que olvidamos lo más
importante ¿para qué queremos
ser, tener y llegar? Para tener una vida plena y la plenitud está en cada
pequeño paso, en cada pequeño logro que nos vuelve más fuertes y más sabios y
si los observamos nos dan autoestima, valía y nos llenan de felicidad.
Vivir en el ahora no es ignorar pasado y futuro, es respetar la enseñanza del pasado y al aplicarlas construir un mejor futuro.
Cuarto paso, Aleje a
las personas tóxicas de su vida. Ser buena persona no es sinónimo de
permitir que los demás abusen y poner límites no lo es de ser grosero, malo o
egoísta. Simplemente implica valorarnos como personas y dejar claro que
nosotros somos quienes tenemos el timón del barco de nuestra vida. Poder
expresar claramente: Si, no, quiero, cambie de idea o de planes, me gusta o no me
gusta, etc. El punto es: cada uno de nosotros tiene derecho a ser. Y con base
en ello tenemos un derecho y una obligación: ser auténticos.
Las personas tóxicas no solamente son parejas y amigos, pueden
ser nuestros familiares cercanos y muchas veces nos encontramos atrapados en la
“obligación” de ser bueno y serlo es hacer lo que ellos dicen. La persona que
realmente nos ama nos deja ser, cierto nos ayudan a mejorar como personas y nos
permiten equivocarnos sin juzgarnos, nos aman pese a nuestros errores siempre y
cuando los respetemos y amemos. Las personas tóxicas no respetan, nos
confunden, nos hacen creer que su versión es la real y nos descalifican sin
piedad frente a otros, pero sobretodo nos hacen dudar de nuestra visión y
valoración de nosotros mismos.
Las personas tóxicas se esconden bajo el disfraz de víctima de
la vida a la cual todos le debemos, el mundo le debe, el universo entero le
debe. Su toxicidad se basa en la idea de que al merecerse todo los demás
debemos llenarlo de felicidad, paz o hacer todo lo posible e imposible porque
se sienta amado. Pero él o ella son barriles sin fondo, agujeros negros del
espacio… seres insaciables en todo aspecto, y donde el otro siempre, sí SIEMPRE
es malo, injusto o no ama suficiente. La cruz que uno carga es imposible de
levantar, la víctima es realmente un agresor psicológico para su pareja, sus
hijos e incluso sus amigos y personas cercanas, y no es capaz de verlo.
En la víctima se concentran muchas manifestaciones de
toxicidad que pueden presentarse separadamente: el constante mete culpa a
otros; el manipulador, el agresivo verbal, el mediocre, etc. Sea cual sea el
caso, tenga claro que de usted depende dejarse llevar por ellos y muchas veces
la única forma de salvarse en alejándose, otras veces al enfrentarlos empeoran
las cosas en el primer momento, pero finalmente terminan aceptando límites, a
regañadientes.
Desintoxicarse en un proceso, de tiempo y disciplina, mejorar
nuestra salud mental parte de una premisa básica: Jamás lo intente, decida
hacerlo. Cuando uno intenta se da permiso de darse por vencido y dejar de
intentarlo. Cuando uno decide hacerlo, pese a los tropiezos y las dificultades
uno continua en el proceso, sabiendo que cada problema es un aprendizaje que me
acerca a mi meta. Y mi meta es ser perfectible no perfecto.
Lo perfectible es ser cada vez mejor y es un proceso constante
que dura toda la vida… Vivir es una aventura maravillosa, siempre y cuando
usted decida vivirla.
Muy buena lección Margarita, seguiré esos pasos.
ResponderEliminar