Cuantas veces en momentos de dolor
y enojo estamos esperando que nuestra pareja aparezca haciendo lo que
“necesitamos”, pero hemos sido incapaces en la cotidianidad de informar y
sobretodo solicitar “lo que necesitamos” cuando nos sentimos de “X” o “Y” modo.
Queremos que por amor el otro adivine nuestros pensamientos, esa falsa y
destructiva creencia que simplemente porque nos aman es capaz de adivinarnos el
pensamiento constituye una de las “desilusiones” más comunes y una de las
formas de ataque más frecuentes a nuestra pareja en una discusión.
La mezcla letal, si letal, para
cualquier relación son las expectativas de adivinación por parte del otro como
prueba de amor. Amar se convierte, entonces, en un juego “mágico” en el que
nosotros no somos actores responsables de su construcción, sino responsabilidad
del otro y de la magia que “debe existir”. La magia existe, claro que existe,
en términos de chispazos al conocernos, los pensamientos y sentimientos
asociados a esa comunión que vivimos con nuestra pareja en momentos de
felicidad pero también de dolor.
La magia se construye a partir de
un dialogo abierto y frontal que permite conocerse a sí mismo y conocer al otro.
Enamórate de ti y luego enamórate de tu pareja, !Cada día!
No hay comentarios:
Publicar un comentario