miércoles, 27 de julio de 2016

¡SALGA CORRIENDO! DE UNA RELACIÓN ASÍ (Parte I)

Tomar decisiones sobre la conveniencia o inconveniencia de una relación sobretodo en medio de la química física que estalla en nosotros dentro de las primeras etapas de la relación es muy difícil. Pero hay cuando menos algunos elementos básicos que nos ayudarían a cuando menos evaluar la relación pasada las primeras seis semanas de iniciada:

Es una señal clara de ¡SALGA CORRIENDO!

11. Observe si tiene que estar reportando constantemente a su pareja donde está. No es problema si es una saludable preocupación, pero si es que usted debe reportar retrasos de minutos o bien justificar haberse detenido en algún lugar  y cualquier cosa que haga y que no reporto o aviso anteriormente que haría.

22. Si en el primer año de la relación no te presenta a sus familiares y amigos es que no quiere nada serio contigo y probablemente oculte algo… a ti. Así que aunque duela mucho y sienta que merece oportunidades, solo dará largas a una situación insostenible 

33.  Cuando tienes que fingir ser quien no eres, ocultar ideas o  bien tatuajes o accesorios para ir a eventos familiares, es una señal que esa relación no va a funcionar. No es que no guardes el protocolo o que no te adaptes a la ocasión, sino que no te aceptan en lo cotidiano con tus características personales.

44.  Cuando no puedes hablar de tu pareja sobre lo que piensas y sientes con libertad porque vas a ser criticado negativamente, en forma humillante o te descalifican. La crítica constructiva es sana y quiere potenciar lo mejor de ti.

55. En el momento que tu sexualidad es inadecuada o rechazada por tu pareja: esa señal implica que la química física no dará un paso más allá de la atracción, y a la larga será un conflicto grave en la pareja.

66.  En el momento que quiere que abandones a tus amistades o a tu familia para vivir en “el mundo de él o ella”. Todo tú alrededor es objeto de críticas y/o rechazo están rechazando tu mundo.

77. Cuando definitivamente solo uno es el culpable de todo, y por supuesto el único responsable de solucionarlo.



Rescatar una relación implica CONSTRUIR UN NOSOTROS que lleve a responsabilizarnos ambos de superar el conflicto o la crisis y fortalecernos como pareja. Cuando solo hacemos responsable a nuestra pareja de salir de los problemas estamos diciendo que queremos cómodamente que asuma nuestra vida y la relación. 
Parte II: Pero la amo... a pesar de todo esto



lunes, 25 de julio de 2016

LO QUE ESPERO DE TI

El amor es una construcción conjunta y paralela de una relación afectiva con otra persona, en la cual el respeto al otro debería de ser uno de los pilares fundamentales.


Pero, desgraciadamente, no suele pasar así: nos enamoramos de alguien y una vez vinculados empezamos el infértil y desgastante proceso de “hacerlo mejor persona”. “Es tan lindo, pero…”, “Es tan especial, pero…”, “Me encanta, si tuviera… fuera perfecto”, y así hasta el cansancio. 


Es importante clarificar que LAS EXPECTATIVAS  de pareja no es una crisis sino un CONFLICTO. Diferenciemos los términos para evitar malos entendidos:

Las CRISIS son momentos que atraviesan las parejas que permiten evidenciar una serie de problemáticas que están presentes en la cotidianidad, y por ende, permite el desarrollo y crecimiento de las personas y de la pareja.

Los CONFLICTOS son situaciones que parecen cuando en los dos miembros existen motivaciones de carácter opuesto pero de igual intensidad. Son la base de los malos entendidos de la relación de pareja y son con mucho,  los causantes de la insatisfacción, frustración, debilitamiento y hasta perdida de la pareja si no están bien resueltos.

El desgaste producto de las expectativas irreales que tenemos sobre el otro es uno de los conflictos de pareja más COMUNES Y LETALES, donde uno de los miembros usualmente llega a la conclusión: no es a mí a quien quiere.

En un primer momento, cuando las exigencias comienzan y sentimos miedo a perder al otro, no alienta la idea de que todo será mejor al cambiar aun en contra de lo que pensamos o sentimos: “todo sea para que no me deje de amar”.

Dejamos de ser nosotros mismos y la relación se convierte en una prisión permanente, con cada vez más exigencias.  Al paso del tiempo terminamos sintiendo que todo en nosotros está mal, porque el cambio requerido es de 180 grados, y jamás hacemos lo suficiente para que el otro sea feliz.  Y el amor comienza a desgastarse, suena dramático pero es una de las causas más frecuentes de consultas individuales o en pareja para los psicólogos y consejeros matrimoniales.


La construcción de un NOSOTROS depende principalmente de aceptar al otro, eso no quita en ningún momento la responsabilidad de crecer y desarrollarnos a nosotros mismos como personas individualmente y, obviamente, aportar para el fortalecimiento y construcción de nuestra pareja. Pero los cambios deben ser decisiones personales y libres, ningún cambio forzado dura mucho… y encima nos pasa la factura (con intereses).

Para muchos, que se han obligado a cambiar en nombre del amor, el cambio requerido termino por alejar a la pareja: ¡Cuando me volví lo que siempre me pidió me termino dejando! ¿Ilógico? NO, simplemente humano. La mayoría de nosotros exige el cambio pero no sabe cómo actuar cuando las personas ya no tienen que corregir. El rol de salvador, guía o redentor de nuestra pareja ya no existe y somos entonces nosotros los que no sabemos cómo ser simplemente la pareja del otro. NO podemos lidiar con la felicidad o el tener lo deseado… y terminamos alejándonos.

La persona que necesita estar guiando a otra definitivamente quiere y “necesita” ejercer CONTROL y al hacerlo se siente buena e incluso poderosa y protectora, cuando realmente asfixia a la pareja con demandas de lo que debe hacer, sentir y hasta pensar.



LA MATEMÁTICA DEL AMOR
LOS MÍNIMOS Y LOS MÁXIMOS


No es ponernos a pedir más de lo que nuestra pareja puede dar, ni aceptar menos de lo que nuestro amor propio y dignidad requieren. Es aprender a amar no solo con el corazón sino también tomar decisiones pensando en la vida cotidiana que voy a compartir. Suena poco romántico pero es la manera más leal de amar a otra persona.

Amar siempre implica una elección, el amor es una construcción constante, suena cursi pero es enamorarse cada día de la misma persona: redescubrirla y ponerle atención, todos cambiamos a lo largo del tiempo y se nos olvida disfrutar de ese maravilloso crecimiento en nuestra pareja. Amar es una acción cotidiana de estar presente.

Reitero la matemática del amor nos ayuda a fortalecer a la pareja, pruebe a hacer el siguiente EJERCICIO: Haga un listado de todo lo que espera de su pareja (sí todo, hasta lo que fantasea muy internamente)  y luego empiece a tachar aquello que a pesar de faltar le ha permitido o le permitiría seguir amando a su pareja, siga tachando hasta reducirlo a cinco cosas. Esas cinco últimas son las no negociables, si alguien le da esas cinco ¡Tiene mucho más que lo que había visto en su pareja!

Y aplique entonces la siguiente fórmula: Si recibo de mi pareja  más que esas cinco, ¡No estaba viendo cuanto más recibo de lo que realmente necesito!  y comience a agradecerlo y valorarlo.

Cuando empezamos a ver todo aquello que no veíamos podemos darnos cuenta que tenemos un tesoro en él o ella. Cuando ambos logran verse desde sus mínimos requeridos y ven el plus recibido la relación se vuelve, definitivamente, sólida en las crisis y fuerte en la adversidad.

Disfrute su tesoro y hágaselo saber, pero no olvide que usted es un tesoro para el otro. 










martes, 12 de julio de 2016

EN PAREJA...

Hace algunas semanas hablamos de algunos de los factores que suelen hacer que las parejas funcionen a largo plazo.  Usualmente expreso que el amor que funciona “vuela bajo, a ras de piso”, no es porque el romance y la ilusión no sean parte de una relación, claro que sí. Pero por si mismos no pueden mantener la relación, es importante tener claro que la ilusión y el romance se construyen "conscientemente" (con ciencia y consciencia) en pareja, es necesario decidir y mantenerlo como una de las partes que nos gusta de “la intimidad emocional” que todos deseamos tener.





El problema se presenta cuando dejamos a la espontaneidad ser quien estructure el romance y las ilusiones de nuestra relación. El trabajo, las preocupaciones y un sin fin de actividades y pensamientos del día a día terminaran haciendo de nosotros la persona menos romántica y carente de ilusiones en pareja. Cuando decidimos hacer tiempo para nosotros mismos y para nuestra pareja la perspectiva es otra: podemos estar estresados y llenos de problemas pero sabemos que un día especifico o una hora específica “es nuestra” es para compartir con alguien que nos ama, que en ese momento podemos alejarnos del mundo y distraernos, encontrar paz y afecto, independientemente de nuestros fracasos o nuestros triunfos.  Ahí en “nuestro espacio” podemos dar rienda suelta a la espontaneidad y la “locura” propia del romance y el erotismo. Pero si no deciden respetar ni siquiera esos espacios menos aún podemos decir de hablar de romances espontáneos y detalles solamente porque sí.

En treinta años de atender parejas, todas sin excepción, terminaron agradeciendo la construcción de estos momentos y afirman a la fecha que mejoro su intimidad emocional, intelectual y sin duda la física. La parte de la espontaneidad  y la construcción de otros momentos fuera de las indicadas en los procesos terapéuticos se fue haciendo parte de la construcción funcional de las relaciones… pero la mayoría de nosotros prefiere creer que el romance en una parte natural del amor, y ¡si, lo es! Cuando le damos los espacios para desarrollarse sin duda surgen aquellos elementos que nuestras ideas de romance y entrega mutua nos permiten. (Aun así, mantenga los pies en la tierra, parta de la objetiva visión de quien es su pareja. NO dejara de ser quien es, solo pondrá el romance que desde su carácter pueda dar y lo que aprenda poco a poco. Así que, paciencia)

Aceptando el riesgo de dejar fuera varios elementos que puedan resultar importantes para muchas personas y no pretendiendo reducir toda la experiencia afectiva a ellos, una buena relación afectiva requiere al menos seis componentes:

  1. Deseo-Atracción. No es posible crearla artificialmente, “nos gusta y punto”, “hay química, electricidad, ese algo que no sé qué es, etc.” No se reduce al concepto de sexo sino que es “antojo total”, es mucho más allá que el antojo de lo físico, es el magnetismo por su esencia y la persona en su totalidad: “lo que él/ella es”.

Y aquí para gustos: colores, formas, tamaños, etc. Cada uno de nosotros debe ver a su pareja “como el plato más suculento del menú”. Puede que a los demás les parezca extraña o inadecuada nuestra elección, pero al final “la química responde a muchos elementos físicos y también psicológicos”, es innegable el peso de nuestra infancia y nuestro pasado en la elección.

La atracción es un “imán”, cuantas veces escuchamos frases como: me enamore de la voz, las actitudes, etc. Pero en general, aunque una característica nos llamó la atención “el deseo es de la totalidad de la persona”. No podemos desligar en un momento el físico de lo emocional y sin duda de lo intelectual.

Por eso las románticas frases de “me gusta todo de ti” y “donde estabas todo este tiempo” no son solo frases… es nuestro cerebro colmado de atracción y deseo “completo y total” del otro.

  1. Admiración: No está necesariamente relacionado con lo anterior, pero cuando ocurren juntos es una explosión.

La admiración es el amor interpersonal requiere del encanto y la fascinación por la valía personal del ser amado. Implica un reconocimiento impregnado de sombro y envidia de la buena. Sin llegar a extremos de culto a la personalidad, la admiración por la pareja conlleva un sentimiento de orgullo por estar a su lado. El reconocimiento de rasgos positivos no es suficiente debe cierta dosis de éxtasis: el rasgo o condición reconocida como especial debe generar algún deslumbramiento sin llegar a fanatismo

Mantener una actitud de admiración por la pareja, requiere un sobreponerse e incluso luchar contra la rutina y la cotidianidad. No creer que conozco a mi pareja sino estar en la disposición de ver al otro desarrollarse en los diversos aspectos de su vida y de nuestra vida.  A veces, tenemos un maravilloso ser humano a nuestro lado y se nos olvida conocerlo y reconocerlo… verte cada día, implica descubrirte. Sonara cursi (raro en mi) pero somos el mismo río pero no somos la misma agua. Es delicioso y refrescante encontrar cada día al amor de nuestra vida.

  1. Humor-Sintonía: Sintonía se refiere a esa especie de química mental, es ese coincidir de gustos y preferencia en cantidades suficientes como para sentirse de mismo grupo. Es estar al unísono pero no necesariamente con igual intensidad, es sentir que no se está con el enemigo o con algún extraterrestre.

El humor compartido es uno de los principales indicadores de que están sintonizados: la risa es el camino más corto entre dos persona El sentido del humor solamente requiere dejar salir la fantasía. El humor es esencial en la química mental y la manera más alegre y creativa de entrar en sintonía.

Las parejas funcionales tienen comunicación verbal definitivamente muy bien establecida, pero tiene una capacidad de “percibir” al otro. Disfrutar de su compañía, sea compartiendo simplemente el espacio y estar cómodos hasta el compartir intimidad emocional y física sin sentirse invadidos.

  1. Sensibilidad-Entrega: Es la capacidad de ser un buen receptor afectivo, sin llegar a ser dependiente, y un buen dador, sin caer en el servilismo. Preocuparse por la persona que se ama no implica abandonar las propias necesidades.

Reitero que el peor enemigo del amor no es la indiferencia, aunque lo mata lentamente, el enemigo número uno  es la dependencia, el servilismo y con ellos aunque encubiertos el sobre control.

Puedo sentir tu dolor o tu angustia pero no puedo derrumbarme contigo porque necesitas mi apoyo, pero ambos pueden y deben tener ese derecho. Quitemos el estereotipo del hombre fuerte e insensible que siempre debe estar firme para apoyarnos a las mujeres. Ellos sienten y sienten profundamente… ellos también necesitan un abrazo y un te amo aquí estoy.

El amor es una construcción de un nosotros donde no se pierden el mundo de nadie, es aquel espacio donde puedo ser auténtico y aceptado… el amor es una decisión consciente de conocerme y conocerte. (Otra vez sonó cursi)

  1. Respeto: Dejar ser, intentar la mayor aceptación posible de la otra persona, no dañar ni lastimar , propender a la libertad de la pareja con todo lo que ello implique, es amar respetuosamente.

Respetar implica, probablemente el reto más grande de cualquier pareja. En las primeras etapas de la relación se suelen difuminar los límites y en nombre del amor nos olvidamos de nosotros mismos por hacer feliz al otro, y luego cuesta replantear límites.

Respeto al otro es aceptar que tiene su vida y no somos nosotros quien debemos decidir por él/ella, sino que tenemos partes de nuestra vida que debemos caminar solos porque es nuestro trabajo por ejemplo, pero que contamos con el otro como apoyo e incluso como compañero en la construcción económica de la familiar.

  1. Comunicación-Honestidad: Asertividad. “Si no hay buena comunicación, la relación desaparece, porque no habrá dos personas unidas sino dos monólogos aislados”

La comunicación de pareja es probablemente una de las más difíciles de construir, muchos dicen que hablan mucho y que se cuentan las cosas, pero comunicarse es mucho más que contar y  poner atención. Muchas personas me dicen que las interrogan pero no se sienten escuchadas, muchos sienten que son juzgados al conversar con su pareja, y un largo etc.

Comunicarse implica aprender a construir un diccionario común de pareja que me permita poner comprender e interactuar desde un entendimiento mutuo.

En mi experiencia clínica, este punto es  una de las formas más complejas, maravillosas y fascinantes de amar…


EN PAREJA...

Hace algunas semanas hablamos de algunos de los factores que suelen hacer que las parejas funcionen a largo plazo.  Usualmente expreso que el amor que funciona “vuela bajo, a ras de piso”, no es porque el romance y la ilusión no sean parte de una relación, claro que sí. Pero por si mismos no pueden mantener la relación, es importante tener claro que la ilusión y el romance se construyen "conscientemente" (con ciencia y consciencia) en pareja, es necesario decidir y mantenerlo como una de las partes que nos gusta de “la intimidad emocional” que todos deseamos tener.





El problema se presenta cuando dejamos a la espontaneidad ser quien estructure el romance y las ilusiones de nuestra relación. El trabajo, las preocupaciones y un sin fin de actividades y pensamientos del día a día terminaran haciendo de nosotros la persona menos romántica y carente de ilusiones en pareja. Cuando decidimos hacer tiempo para nosotros mismos y para nuestra pareja la perspectiva es otra: podemos estar estresados y llenos de problemas pero sabemos que un día especifico o una hora específica “es nuestra” es para compartir con alguien que nos ama, que en ese momento podemos alejarnos del mundo y distraernos, encontrar paz y afecto, independientemente de nuestros fracasos o nuestros triunfos.  Ahí en “nuestro espacio” podemos dar rienda suelta a la espontaneidad y la “locura” propia del romance y el erotismo. Pero si no deciden respetar ni siquiera esos espacios menos aún podemos decir de hablar de romances espontáneos y detalles solamente porque sí.

En treinta años de atender parejas, todas sin excepción, terminaron agradeciendo la construcción de estos momentos y afirman a la fecha que mejoro su intimidad emocional, intelectual y sin duda la física. La parte de la espontaneidad  y la construcción de otros momentos fuera de las indicadas en los procesos terapéuticos se fue haciendo parte de la construcción funcional de las relaciones… pero la mayoría de nosotros prefiere creer que el romance en una parte natural del amor, y ¡si, lo es! Cuando le damos los espacios para desarrollarse sin duda surgen aquellos elementos que nuestras ideas de romance y entrega mutua nos permiten. (Aun así, mantenga los pies en la tierra, parta de la objetiva visión de quien es su pareja. NO dejara de ser quien es, solo pondrá el romance que desde su carácter pueda dar y lo que aprenda poco a poco. Así que, paciencia)

Aceptando el riesgo de dejar fuera varios elementos que puedan resultar importantes para muchas personas y no pretendiendo reducir toda la experiencia afectiva a ellos, una buena relación afectiva requiere al menos seis componentes:

  1. Deseo-Atracción. No es posible crearla artificialmente, “nos gusta y punto”, “hay química, electricidad, ese algo que no sé qué es, etc.” No se reduce al concepto de sexo sino que es “antojo total”, es mucho más allá que el antojo de lo físico, es el magnetismo por su esencia y la persona en su totalidad: “lo que él/ella es”.

Y aquí para gustos: colores, formas, tamaños, etc. Cada uno de nosotros debe ver a su pareja “como el plato más suculento del menú”. Puede que a los demás les parezca extraña o inadecuada nuestra elección, pero al final “la química responde a muchos elementos físicos y también psicológicos”, es innegable el peso de nuestra infancia y nuestro pasado en la elección.

La atracción es un “imán”, cuantas veces escuchamos frases como: me enamore de la voz, las actitudes, etc. Pero en general, aunque una característica nos llamó la atención “el deseo es de la totalidad de la persona”. No podemos desligar en un momento el físico de lo emocional y sin duda de lo intelectual.

Por eso las románticas frases de “me gusta todo de ti” y “donde estabas todo este tiempo” no son solo frases… es nuestro cerebro colmado de atracción y deseo “completo y total” del otro.

  1. Admiración: No está necesariamente relacionado con lo anterior, pero cuando ocurren juntos es una explosión.

La admiración es el amor interpersonal requiere del encanto y la fascinación por la valía personal del ser amado. Implica un reconocimiento impregnado de sombro y envidia de la buena. Sin llegar a extremos de culto a la personalidad, la admiración por la pareja conlleva un sentimiento de orgullo por estar a su lado. El reconocimiento de rasgos positivos no es suficiente debe cierta dosis de éxtasis: el rasgo o condición reconocida como especial debe generar algún deslumbramiento sin llegar a fanatismo

Mantener una actitud de admiración por la pareja, requiere un sobreponerse e incluso luchar contra la rutina y la cotidianidad. No creer que conozco a mi pareja sino estar en la disposición de ver al otro desarrollarse en los diversos aspectos de su vida y de nuestra vida.  A veces, tenemos un maravilloso ser humano a nuestro lado y se nos olvida conocerlo y reconocerlo… verte cada día, implica descubrirte. Sonara cursi (raro en mi) pero somos el mismo río pero no somos la misma agua. Es delicioso y refrescante encontrar cada día al amor de nuestra vida.

  1. Humor-Sintonía: Sintonía se refiere a esa especie de química mental, es ese coincidir de gustos y preferencia en cantidades suficientes como para sentirse de mismo grupo. Es estar al unísono pero no necesariamente con igual intensidad, es sentir que no se está con el enemigo o con algún extraterrestre.

El humor compartido es uno de los principales indicadores de que están sintonizados: la risa es el camino más corto entre dos persona El sentido del humor solamente requiere dejar salir la fantasía. El humor es esencial en la química mental y la manera más alegre y creativa de entrar en sintonía.

Las parejas funcionales tienen comunicación verbal definitivamente muy bien establecida, pero tiene una capacidad de “percibir” al otro. Disfrutar de su compañía, sea compartiendo simplemente el espacio y estar cómodos hasta el compartir intimidad emocional y física sin sentirse invadidos.

  1. Sensibilidad-Entrega: Es la capacidad de ser un buen receptor afectivo, sin llegar a ser dependiente, y un buen dador, sin caer en el servilismo. Preocuparse por la persona que se ama no implica abandonar las propias necesidades.

Reitero que el peor enemigo del amor no es la indiferencia, aunque lo mata lentamente, el enemigo número uno  es la dependencia, el servilismo y con ellos aunque encubiertos el sobre control.

Puedo sentir tu dolor o tu angustia pero no puedo derrumbarme contigo porque necesitas mi apoyo, pero ambos pueden y deben tener ese derecho. Quitemos el estereotipo del hombre fuerte e insensible que siempre debe estar firme para apoyarnos a las mujeres. Ellos sienten y sienten profundamente… ellos también necesitan un abrazo y un te amo aquí estoy.

El amor es una construcción de un nosotros donde no se pierden el mundo de nadie, es aquel espacio donde puedo ser auténtico y aceptado… el amor es una decisión consciente de conocerme y conocerte. (Otra vez sonó cursi)

  1. Respeto: Dejar ser, intentar la mayor aceptación posible de la otra persona, no dañar ni lastimar , propender a la libertad de la pareja con todo lo que ello implique, es amar respetuosamente.

Respetar implica, probablemente el reto más grande de cualquier pareja. En las primeras etapas de la relación se suelen difuminar los límites y en nombre del amor nos olvidamos de nosotros mismos por hacer feliz al otro, y luego cuesta replantear límites.

Respeto al otro es aceptar que tiene su vida y no somos nosotros quien debemos decidir por él/ella, sino que tenemos partes de nuestra vida que debemos caminar solos porque es nuestro trabajo por ejemplo, pero que contamos con el otro como apoyo e incluso como compañero en la construcción económica de la familiar.

  1. Comunicación-Honestidad: Asertividad. “Si no hay buena comunicación, la relación desaparece, porque no habrá dos personas unidas sino dos monólogos aislados”

La comunicación de pareja es probablemente una de las más difíciles de construir, muchos dicen que hablan mucho y que se cuentan las cosas, pero comunicarse es mucho más que contar y  poner atención. Muchas personas me dicen que las interrogan pero no se sienten escuchadas, muchos sienten que son juzgados al conversar con su pareja, y un largo etc.

Comunicarse implica aprender a construir un diccionario común de pareja que me permita poner comprender e interactuar desde un entendimiento mutuo.

En mi experiencia clínica, este punto es  una de las formas más complejas, maravillosas y fascinantes de amar…


domingo, 3 de julio de 2016

MI PAREJA, MI ENEMIGO

Estoy consciente que el titulo suena bastante fuerte y que para la mayoría de nosotros piensa que eso es IMPOSIBLE, que cosas así solo pasan en las películas de suspenso o terror. Si bien hay historias que supera la ficción, no hay que fomentar la fantasía que la violencia es únicamente los golpes.


Violencia es, también, abandono, rechazo, desacreditación, limitación y un largo y sutil etcétera que abarca muchas Gigas de información.






Y no es porque seamos feministas o estemos en contra de los hombres. Al contrario estamos ante un fenómeno que la ciencia acepta y que afecta a miles de mujeres en el mundo, pero que también afecta a miles de hombres. Es un error creer que todos los hombres violentos sin simplemente malos o machistas, usualmente vienen de familias destrozadas aunque al mundo vendan un hermoso holograma de “familias perfectas”. 




Los hombres que “odian a las mujeres”, son llamados MISOGINOS, y proceden de hogares donde vivieron una de estas tres situaciones:
1 1. Una madre pasiva que permitió el abuso psicológico de su pareja, incluso el físico. Que con ello enseño que es la manera de obtener admiración y “amor”.

12. Una madre dominante, que genero inseguridades y temores en el niño. Necesita entonces no perder el control de su pareja ya que esta es una amenaza potencial. Usualmente el padre ha tomado un rol pasivo frente a su esposa, por lo que denigra la figura masculina que no impone fuerza y “respeto”.
33. Una madre que rechaza, se niega a darle afecto. Por tanto, teme constantemente el rechazo de su pareja. Debe evitar que entre en contacto con otros.







¿Los identifican? ¡Tienes rasgos misóginos! (aclaro son personajes de ficción, pero sus personajes poseen rasgos que nos ayudan a comprender la patología) 




Y de cantantes, a lista sin duda abarcaría canciones como; “El malo”, “Acompáñame a estar solo”, “Fuiste Tú”, casi todo el reggaetón, el perreo, y muchas de diversos géneros... muchas de las que llamamos canciones románticas son un reclamo, un chantaje, una etiqueta social e incluso un insulto más o menos sutil.

El problema, como todos los problemas de pareja, tiene dos responsables. Las mujeres “que aman a los hombres que las odian” son el complemento en esta diada, entre las muchas razones por las cuales una mujer aprende a “amar” así, se encuentran:

1   1. Madres sumisas que enseñan a sus hijas a mantener la relación de pareja a cualquier precio. “Amarlos a pesar de todo

     2. La cultura que apoya la sumisión y la justifica (El matrimonio es una cruz, la mujer es la responsable de mantener el matrimonio, mientras no te falte nada, etc.)

      3. Miedo a perder el amor de su pareja porque temía perder o perdió a su padre.

1    4.  Si mi padre decía que yo era un problema o la causa de dificultades “como no creerle, si él siempre tiene razón”, eso mismo sostienen de la relación de pareja. 

      5. Mujeres abusadas física y psicológicamente en la infancia.

Hay un caso peculiar de este tipo de mujeres que aman a quienes las odian y a las que más cuesta hacerles ver que su relación es un problema, porque el mundo ve poco esa fase de ellas y la ocultan muy bien de los demás; La mujeres exitosas con hombres “frustrados” laboralmente, “el soñador que nunca logra concretar nada”, “el hombre inteligente pero a quien la vida le niega oportunidades”, “del quien siempre abusan los demás porque es tan bueno, que los demás le echan la culpa de los fracasos empresariales”, “el que es un artista que hay que apoyar, pero no hace mayor cosa por trabajar”, y un largo etcétera. En estos casos la misoginia colorea a la relación de culpas y reclamos como la falta de apoyo, jamás se le aporta el dinero suficiente, acusaciones de despilfarrar el dinero si no es para sus proyectos, etc.   

Usualmente la mujer exitosa termina enojada, frustrada, enferma y cuando finalmente decide irse, es la protagonista de la historia de falta de apoyo, comprensión y valoración, además de la traición y abandono que escucho de las mujeres anteriores y que ella juró jamás haría “porque él es lo máximo”. 

 Se puede escribir muchas gigas sobre el tema ahondando causas y razones pero lo más importante es el reconocimiento, el resto del proceso es complejo pero cuando se parte de la decisión personal de salir de la situación se logra.

Tanto los hombres como las mujeres sufren en estas relaciones, no hay que satanizar ni culpar a uno o al otro. El punto, reitero, es darse cuenta de lo que se vive y decidir dejar de vivir así.

 Responde las siguientes preguntas, la cantidad de positivas indica el grado de misoginia de tu pareja, algunos tendrán rasgos y otros perfilaran más severamente el problema.

SENTIMIENTOS

1. Me siento casi siempre triste.
2. Mi marido me da miedo.
3. Me siento abrumada y desesperada.
4. Estoy casi siempre furiosa.
5. Me siento confusa y no sé qué espera que yo haga.
6. Me siento impotente ante él. 

PENSAMIENTOS

1. Qué vida más triste. Tal vez todos estuvieran mejor sin mí.
2. Me va a pasar algo malo. Él me hará daño, o quizá se vaya; no sé.
3. Es siempre lo mismo: un callejón sin salida. No sé cómo actuar, haga lo que haga, todo es igual.
4. Si no tuviera tanto miedo, ¡con qué gusto lo abofetearía!
5. ¿En qué me equivoqué? ¿Por qué se enfada así de nuevo? ¿Cómo puede ser tan encantador unas veces y tan odioso otras?
6. Imposible ganarle; nada de lo que hago sirve de nada. Él es en todo sentido el más fuerte.
7. Me siento culpable y actuando siempre mal.
8. Siento que yo misma me odio.
9. Me siento frustrada.
10. Me siento como entrampada.
11. Es todo culpa mía. Tengo que llegar a ser mejor persona.
12. Soy egoísta, débil, despreciable, desconsiderada y mala persona.
13. No importa lo que yo diga; él no me escucha. No me toma en serio y nada de lo que yo haga arregla las cosas.
14. Esto no tiene salida; no tengo dónde


 ACCIONES

 1.       ¿Estás continuamente disculpándote?
2.      ¿Estás dispuesta a aceptar la culpa de todo lo que anda mal en vuestra relación?
3.      ¿Andas «sobre ascuas»? ¿Has de tener cuidado con cada palabra que dices, o ensayar lo que quieres hablar con tu compañero, para no sacarlo de sus casillas?
4.      ¿Estás constantemente diciendo a los niños que tengan cuidado de no irritar a papá?
5.      ¿Lloras mucho más de lo que era tu costumbre?
6.      ¿Reprimes tus sentimientos, especialmente la cólera?
7.      ¿Estás continuamente pensando cómo conseguir la aprobación de tu compañero? ¿Te retuerces hasta hacerte un nudo para adaptarte a sus exigencias cambiantes?
8.     ¿Has renunciado a los intereses, las actividades y las personas que solían ser importantes para ti?
9.      ¿Has abandonado las opiniones, ideas, actitudes, esperanzas y sueños que te caracterizaban?
10.  ¿Te estás frenando en tu avance educacional o vocacional?
11.   ¿Estás continuamente disculpando, ante ti misma o ante otros, el comportamiento de tu compañero?
12.  ¿Te has abandonado físicamente? ¿Has engordado o adelgazado en exceso? ¿Prestas menos atención de lo que solías a tu apariencia personal? ¿Encuentras excusas para no salir de casa?
13.  ¿Tu vida se basa en el intento de complacer a tu pareja para evitar su cólera o su desaprobación?

NO TRATES DE SALVARLO, NI EXPLICARLE LO QUE PASA... SOLO LOGRARAS MAS AGRESIONES