lunes, 25 de julio de 2016

LO QUE ESPERO DE TI

El amor es una construcción conjunta y paralela de una relación afectiva con otra persona, en la cual el respeto al otro debería de ser uno de los pilares fundamentales.


Pero, desgraciadamente, no suele pasar así: nos enamoramos de alguien y una vez vinculados empezamos el infértil y desgastante proceso de “hacerlo mejor persona”. “Es tan lindo, pero…”, “Es tan especial, pero…”, “Me encanta, si tuviera… fuera perfecto”, y así hasta el cansancio. 


Es importante clarificar que LAS EXPECTATIVAS  de pareja no es una crisis sino un CONFLICTO. Diferenciemos los términos para evitar malos entendidos:

Las CRISIS son momentos que atraviesan las parejas que permiten evidenciar una serie de problemáticas que están presentes en la cotidianidad, y por ende, permite el desarrollo y crecimiento de las personas y de la pareja.

Los CONFLICTOS son situaciones que parecen cuando en los dos miembros existen motivaciones de carácter opuesto pero de igual intensidad. Son la base de los malos entendidos de la relación de pareja y son con mucho,  los causantes de la insatisfacción, frustración, debilitamiento y hasta perdida de la pareja si no están bien resueltos.

El desgaste producto de las expectativas irreales que tenemos sobre el otro es uno de los conflictos de pareja más COMUNES Y LETALES, donde uno de los miembros usualmente llega a la conclusión: no es a mí a quien quiere.

En un primer momento, cuando las exigencias comienzan y sentimos miedo a perder al otro, no alienta la idea de que todo será mejor al cambiar aun en contra de lo que pensamos o sentimos: “todo sea para que no me deje de amar”.

Dejamos de ser nosotros mismos y la relación se convierte en una prisión permanente, con cada vez más exigencias.  Al paso del tiempo terminamos sintiendo que todo en nosotros está mal, porque el cambio requerido es de 180 grados, y jamás hacemos lo suficiente para que el otro sea feliz.  Y el amor comienza a desgastarse, suena dramático pero es una de las causas más frecuentes de consultas individuales o en pareja para los psicólogos y consejeros matrimoniales.


La construcción de un NOSOTROS depende principalmente de aceptar al otro, eso no quita en ningún momento la responsabilidad de crecer y desarrollarnos a nosotros mismos como personas individualmente y, obviamente, aportar para el fortalecimiento y construcción de nuestra pareja. Pero los cambios deben ser decisiones personales y libres, ningún cambio forzado dura mucho… y encima nos pasa la factura (con intereses).

Para muchos, que se han obligado a cambiar en nombre del amor, el cambio requerido termino por alejar a la pareja: ¡Cuando me volví lo que siempre me pidió me termino dejando! ¿Ilógico? NO, simplemente humano. La mayoría de nosotros exige el cambio pero no sabe cómo actuar cuando las personas ya no tienen que corregir. El rol de salvador, guía o redentor de nuestra pareja ya no existe y somos entonces nosotros los que no sabemos cómo ser simplemente la pareja del otro. NO podemos lidiar con la felicidad o el tener lo deseado… y terminamos alejándonos.

La persona que necesita estar guiando a otra definitivamente quiere y “necesita” ejercer CONTROL y al hacerlo se siente buena e incluso poderosa y protectora, cuando realmente asfixia a la pareja con demandas de lo que debe hacer, sentir y hasta pensar.



LA MATEMÁTICA DEL AMOR
LOS MÍNIMOS Y LOS MÁXIMOS


No es ponernos a pedir más de lo que nuestra pareja puede dar, ni aceptar menos de lo que nuestro amor propio y dignidad requieren. Es aprender a amar no solo con el corazón sino también tomar decisiones pensando en la vida cotidiana que voy a compartir. Suena poco romántico pero es la manera más leal de amar a otra persona.

Amar siempre implica una elección, el amor es una construcción constante, suena cursi pero es enamorarse cada día de la misma persona: redescubrirla y ponerle atención, todos cambiamos a lo largo del tiempo y se nos olvida disfrutar de ese maravilloso crecimiento en nuestra pareja. Amar es una acción cotidiana de estar presente.

Reitero la matemática del amor nos ayuda a fortalecer a la pareja, pruebe a hacer el siguiente EJERCICIO: Haga un listado de todo lo que espera de su pareja (sí todo, hasta lo que fantasea muy internamente)  y luego empiece a tachar aquello que a pesar de faltar le ha permitido o le permitiría seguir amando a su pareja, siga tachando hasta reducirlo a cinco cosas. Esas cinco últimas son las no negociables, si alguien le da esas cinco ¡Tiene mucho más que lo que había visto en su pareja!

Y aplique entonces la siguiente fórmula: Si recibo de mi pareja  más que esas cinco, ¡No estaba viendo cuanto más recibo de lo que realmente necesito!  y comience a agradecerlo y valorarlo.

Cuando empezamos a ver todo aquello que no veíamos podemos darnos cuenta que tenemos un tesoro en él o ella. Cuando ambos logran verse desde sus mínimos requeridos y ven el plus recibido la relación se vuelve, definitivamente, sólida en las crisis y fuerte en la adversidad.

Disfrute su tesoro y hágaselo saber, pero no olvide que usted es un tesoro para el otro. 










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