lunes, 26 de diciembre de 2016

¿CERRANDO CICLOS?


Fin de año, como toda etapa que llega a su final es sinónimo de evaluación y muchas veces cierre de ciclos.

¿Realmente somos objetivos al evaluarnos?, ¿Nos aplicamos las normas y criterios de la misma forma que la aplicaríamos a los demás?


 Solemos ser más amables cuando evaluamos a otros que al hacerlo con nosotros mismos. Por un lado, nuestra necesidad de “ser buenos o los mejores” o cuando menos sentirnos aceptado, nuestra visión de lo que es éxito, felicidad, etc., y nuestra autoestima y valía. 


Me encanta esa frase: aprendemos de nuestros errores, hay un ciclo que debemos terminar y otro que debemos comenzar. El aprendizaje que nuestros errores es bueno y sin duda indispensable para crecer y desarrollarnos como personas en todos los aspectos de nuestra vida. Pero se nos olvida el detalle que cambia todo el panorama de evaluación: evaluamos desde el hoy una acción o decisión del ayer, cuando toda la información que poseemos es producto de las consecuencias de lo que hicimos y que, por ende, no conocíamos cuanto debíamos actuar o decidir. El nuevo estándar es exactamente eso “el aprendizaje o la lección de vida” en aquel momento tomamos la mejor decisión o el curso de acción que evaluamos como la mejor opción, o la que teníamos más al acceso. Error o no, es lo que hoy es y somos más sabios.   


Por consiguiente, cerrar ciclos implica aprendizaje basándonos en errores superados y aciertos logrados… la constante armonía de la vida y el desarrollo como personas. Se cierran ciclos porque en quien nos vamos convirtiendo tiene nuevas metas y propósitos, siempre se debe valorar a los que amamos y darles su justo lugar, debemos ser equilibrados en la lucha por ser mejores (en todo aspecto, no basta ser buen trabajador, sino buena persona integralmente: pareja, padre/madre, amigo/amiga, hijo/hija, etc.) 

Pero ser claros en que es un constante reconocernos para aprender y seguir adelante sin estar con la constante culpa por el pasado; lo vivido sirve para aprender pero no debe ser nuestra carga o excusa para inmovilizarnos. Perdonar es tan difícil sobre todo si debemos  perdonarnos (por ello es importante lo mencionado al principio, no evaluar el ayer desde el aprendizaje del hoy para culparnos), las lecciones aprendidas nos hacen mejores personas y ser quien hoy somos. 



Pero cuando es una persona la que a veces debemos dejar atrás ¡Duele!, nuestro proyecto de vida, nuestra fantasía, etc. Claro que duele, siempre duele… el dolor es parte de crecer pero debemos ser lo más realistas posibles ¡seguir ahí, duele más!, lo que suele ocurrir es nos hemos creído que ese sufrimiento es dolor que la costumbre nos genera culpa y muchas veces terminando sintiéndonos responsables de la felicidad del otro pese a nuestro dolor… que al final termina siendo dolor de ambos e incluso rencores y odios. Cortar a tiempo es amor.

Hay lecciones que aprender del Año Viejo: que todo error sirve para aprender, pero para ello hay que evaluarnos objetivamente y sobretodo estar dispuesto a aprender que al asumir nuestros errores le quitamos poder a otros de manipularnos.





domingo, 18 de diciembre de 2016

LLEGO NAVIDAD Y ME SIENTO TRISTE

Desde que se empiezan a sentir (sí, sentir, porque más que verlos los sentimos como pequeños golpes en el corazón)  las diversas señales que se acerca la época navideña algunos comienzan a sentir “algo raro” o “algo que me empieza a poner triste”; o en su defecto se colocan las primeras imágenes del Grinch y demás elementos de rechazo, se les olvida que al final se descubre que es por dolor y rechazo que odia la época y termina amando a los demás y las celebraciones. Por tanto, ambas reacciones están asociadas a dolor y desesperanza. Sí, desesperanza, la tendencia depresiva suele activarse para las fiestas.



Todos nosotros asociamos la Navidad a época familiar y a nuestras vivencias infantiles en torno a las fiestas: Las luces, la comida, la gente que se fue y la nueva que llega a nuestra vida… al final es una época de evaluación de nuestra vida en ese momento.

Usualmente queremos nuestro “estado de vida ideal” para vivir ese momento: pareja, hijos felices, familia a nuestro rededor… un instante mágico e irreal. En ese día queremos una versión feliz y plena de nuestra relación con otros, sentirnos llenos de amor y dicha.

Y está bien, pero para muchos es una vivencia no realizable en este momento y se desata la crisis. Dejan de ver lo que sí tienen y pueden disfrutar por concentrar su atención en lo que les falta. Es egoísmo puro, hacia los demás y hacia sí mismo y responde a una visión deformada de la vida en que “si no es perfecto, mejor no”. La vida no es perfecta, es maravillosamente imperfecta: no lo tenemos todo, pero tenemos lo necesario y la oportunidad de tener mucho más. Queremos una familia y pareja para navidad, perfecto, dedíquese a construir su sueño el resto del año. 

Mientras ese momento en que todo sea lo más parecido a su sueño llega y usted se permite vivirlo, reflexione: Tiene la vida que soñó hace años en muchas áreas, pero hoy se niega a disfrutarla porque… (Usted piense en la respuesta)

A partir de ello hay cambios que implementar: 

Piense en porcentajes: evalúe cuánto de su vida tiene cosas positivas. Muchas áreas están bien o en proceso de mejoras, incluso tiene más de lo que esperaba en algunas de ellas.

Aproveche a la gente que tiene a su lado: muchos perdemos momentos maravillosos y llenos de alegría, autentica amistad y afecto por estar pensando en alguien que se fue de nuestra vida. Si esa persona se fue, es lógico que duela, pero no puede olvidar que los que sí están buscan hacerle sentir mejor y usted les está negando el recibir de ellos apoyo y afecto.

Viva lo que no pudo vivir: Muchas personas tuvieron Navidades poco felices o de soledad en su pasado, aproveche hoy y cumpla su deseo: procúrese la compañía y la celebración que deseaba. Al contrario de antes, usted puede actuar y hacer que las cosas pasen. Sea siempre objetivo con lo que puede cumplir en ese momento pero compañía todos encontramos (algunos con nuestras mascotas o colaborando con instituciones de beneficencia esas noches, etc.)

No haga drama: muchas personas trabajamos ese día y procuramos disfrutarlo con lo que se tiene a mano. No tome la actitud de solamente a mí me pasa… a todos nos pasa o nos puede pasar. La actitud ante las fiestas es lo que le hace disfrutarlas o no, si queremos pasarla bien la pasamos bien, aunque no sea la fantasía fomentada por el comercio.

La Navidad no es momento de estar solo, probablemente no. Pero si es necesario estar un momento a solas y evaluar el verdadero motivo de nuestra tristeza o melancolía, necesitamos comprendernos y sanar para poder disfrutar de nuestro día a día, que en estas fechas se active solamente es una señal que algo no está bien en ningún momento del año y se manifiesta con mayor dolor o mal humor en estas épocas.

 Retomo la imagen del Grinch, cuando usted se dice a si mismo que lo es, está diciendo me duele tanto lo que pasa o me ha pasado que quiero destruir la felicidad de otros… que finalmente sano porque descubrió su propio dolor. Hermosa lección navideña: el sentido está más allá de las fiestas y los regalos, es una vivencia interna de una nueva oportunidad de recomenzar llenos de Luz.


















jueves, 1 de diciembre de 2016

PARA GUSTOS, LOS COLORES

Para gusto, los colores. Yo siempre he explicado que cuando elegimos pareja es como entrar a una sorbeteria: a cada uno le gusta una combinación de sabores específicos, en un cono o envase particular, la marca, etc. varía de una persona a otra. Para cada una es la mejor y la correcta… Y está perfecto.

Lo que hay que entender es que no elegimos simplemente porque nos gusta, al contrario nos gusta alguien por miles de motivos de los cuales no tenemos la más mínima idea, que desgraciadamente no siempre son los más sanos y adecuados y la mayoría de las veces son todo lo contrario. No es culpa del amor, ¡que quede muy claro! Sino de nuestras experiencias.




Hay varios elementos a considerar para comprender que hace que una persona se sienta atraída por nosotros, o bien que le seamos atractivos. Todos podemos explicar lo que se siente que alguien nos guste y no ser correspondidos, o no poder sentir atracción por alguien que es “súper bueno y nos conviene”. Muchos incluso llegan a creer que no son atractivos para nadie y otras situaciones que en general afectan nuestra autoestima.

Es innegable que el proceso de elección de pareja tiene una base fisiológica: “hay química o no la hay”. La Química del amor, esa primera fase del proceso de enamoramiento que nos pone la piel de gallina, nos lleva a actuar y tomar decisiones con base a la emoción desbordada y nueva. Es una fase que hay que vivir plenamente, pero que no debe decidir el resto de nuestra vida. La química entre dos personas se mantiene espontáneamente por un tiempo, pero luego debe (sí, debe) trabajarse consciente y constantemente para poder mantener la “llama del amor”. 





Con base a esta “atracción por proximidad” la construcción de una relación pasa como el mantenimiento de la misma  requiere el compartir, “hacer tiempo para nosotros”, etc. Elemento que solemos dejar a la espontaneidad y a “debe nacer” y otros romanticismos que no tienen ningún fundamento más allá del concepto de “amor eterno” que no suelen dar buenos resultados (suelen ser devastadores para uno o para ambos en la relación). 

Es importante aclarar que nuestra elección de pareja tiene que ver con nuestros padres y la relación que hayamos tenido con ellos o las personas que hayan tomado el papel de ellos. En nuestra pareja buscamos todos aquellos elementos que fueron conflicto o difíciles de manejar con las personas significativas de nuestra infancia. Muchas veces creemos que huimos de los problemas en casa pero caemos de la sartén a las brasas, sí nos complicamos, pero tiene solución con la misma pareja (aunque no siempre sea así, siempre hay una excepción en toda regla). No es que sean idénticas, son rasgos los que nos atraen. 

El punto neurálgico es curar nuestra relación con el pasado y aprender a amarnos. Sin duda, un punto complejo de la atracción es que rebasa la “belleza física”.  Hay elementos de nuestra personalidad que definitivamente hacen que seamos “llamativos”, principalmente la seguridad en nosotros mismos. 

Una persona segura atrae porque nos provoca sensación de bienestar por la creación de un ambiente de confianza, sabe lo que quiere y cómo lo quiere.  Esa actitud se lee como fortaleza. 

Pero lo opuesto también es cierto en nuestra sociedad machista, una mujer muy frágil era vista como más atractiva porque “no da problemas”, aunque va disminuyendo esa expectativa y actitud tanto en hombres como mujeres, aún se mantiene en muchas personas. 

Un caso muy particular es el del “chico malo”, usualmente está asociado a un tipo de mujer que sueña con rescatar a un hombre de una situación complicada, difícil y sumamente negativa para la vida de  él (adicciones en general), al final termina desarrollándose una relación insana, dolorosa y llena de conflictos de peleas, reconciliaciones e incluso de violencia. 

El amar a alguien es un proceso que se desarrolla en etapas ordenadas, que muchas veces queremos saltar, la fase inicial es la atracción y aunque su química dura un tiempo es responsabilidad de ambos mantener “la llama de la pasión y la atracción”, requiere una decisión y acción voluntaria para ello. 

Un amor de pareja sin pasión se apaga lentamente, una pasión sin amor dura un instante fugaz” por eso hay que decidir  que debemos “aprender a amar y ser felices con nuestro monstruo, que nos parece tan bello, sexy y atractivo” para seguirlo viendo así…





martes, 15 de noviembre de 2016

A LA CONQUISTA!!! DE TUS HIJOS

Enamorarse de una persona es un proceso maravilloso y complejo, esa maravillosa química que se produce entre dos seres humanos es definitivamente devastadora, nos llena de ilusiones y muchas veces se nos olvida que hay otras personitas involucradas que son de peso, sino definitorias, de una relación funcional y saludable: los hijos de relaciones previas.



 Independientemente de la edad que tengamos la separación de nuestros padres nos afecta, pero el que comiencen una vida con una nueva pareja también es un proceso adaptativo complejo para el grupo familiar. La incorporación a ese sistema familiar y la creación de un nuevo sistema es un proceso de dos, es un trabajo de equipo realizado por la pareja. El que tiene los niños y/o adolescentes debe saber vender al otro y llevar una imagen positiva de sí mismo, el otro y la relación; pero el trabajo de quien llega en manejar limites, respeto y generar confianza suficiente para “ganarse la oportunidad” de ser aceptado.

Hay elementos básicos que deben tenerse en cuenta independientemente de la edad de los hijos: No lleve a presentar a sus hijos una persona que tenga menos de tres meses de conocer. La relación debe estar sólidamente establecida antes de vincular a los hijos. La expectativa y muchas veces, la ilusión generada en ellos termina por lastimarlos y cerrar oportunidades a mediano y largo plazo para una persona que sí será parte de nuestra vida.




Cuando sea el momento para establecer contacto con los hijos debe considerar los elementos siguientes: 

1. El primer encuentro jamás debe de ser de larga duración, debe ser una salida breve y que permita no sentirse forzados a convivir por largo tiempo.     

2. En el primer encuentro no deben ir los niños de ambos, primero debe presentar a la pareja, así no forzamos a que manejen dos situaciones que generan ansiedad a la vez.  

3. Cuando interactúan los hijos de ambos por primera vez debe buscar un lugar cómodo y adecuado para los niños y adolescentes, el momento debe ser breve. Viajes de  uno o dos días a la playa o lugar de recreación no son recomendables. Convivir requiere conocimiento y confianza en el otro, para no sentirnos invadidos en nuestra intimidad.  

4. Las muestras afectivas de la pareja no deben ser “efusivas o intensas”, el respeto a los hijos es importante en este punto. No debe hacerse énfasis en actitudes románticas y posesivas, sino de afecto y respeto para no generar incomodidad sobre todo en los hijos adolescentes y/o adultos.  

5. Las muestras afectivas de la pareja no deben ser “efusivas o intensas”, el respeto a los hijos es importante en este punto. No debe hacerse énfasis en actitudes románticas y posesivas, sino de afecto y respeto para no generar incomodidad sobre todo en los hijos adolescentes y/o adultos. 

6. NO finja afecto hacia los hijos de su pareja, un trato cordial y respetuoso es suficiente. Palabras afectivas surgirán en la convivencia, en los primeros momentos no son adecuadas, se lee como hipocresía y quererse “ganar a la gente”. Sea honesto, en un primer momento quiere conocer y caer bien, nada más.

7. No personalice nada de lo que ellos hagan. Sea usted o cualquier otra persona los niños, adolescentes e incluso adultos reaccionarían igual ante la nueva pareja de “mamá o papá”, es usted el adulto y debe comportarse como tal. NO quiere decir eso que soporte y disculpe malcriadeces pero no se predisponga, no “agarre llave". 

8. Recuerde que su imagen “vende”. Tener claro quiénes somos es importante para ser aceptados y desde ahí construir el plan de acción adecuado. Nuestro estilo de vida es un punto importante para los hijos adolescentes y adultos de nuestra pareja, les sirve como indicador de nuestra estabilidad económica e incluso emocional. 


Uno de los errores más comunes que solemos cometer para que nuestra nueva pareja quede bien frente a nuestros hijos es “sacar a relucir” los defectos de su padre/madre, esto jamás trae buenas consecuencias. Independientemente de que nosotros tengamos un mal concepto de nuestra ex-pareja no debemos olvidar que es el padre o la madre de ellos y que lo o la aman. Si hoy hablamos mal de ellos después de haberlos amado les generamos dudas de nuestro afecto sincero: si ahora habla mal de mi papá/mamá el día que se enfade conmigo o lo decepcione hablara también mal de mí o me dejara de querer.

Salvaguardar la salud mental de nuestros hijos no es solo cuidar de ellos a futuro, sino también, cuidar su relación con nosotros y con las personas que aman.  

Los abuelos y demás familia deben igualmente respetar al ex ya que la  estructuración de un nuevo sistema familiar no excluye que pertenezcan también a otro. Aman a ambos padres y deben encontrar en nosotros comprensión, respeto y apoyo a ese respecto. Una esclarecedora historia me la  comento una abuela: “un día hablando de mis ex -yerno dije algo negativo y de mala manera, su hijo, mi nieto de 6 años me miro y me dijo: Abuelita, no se te olvide que yo quiero a mi papá y me duele que hables así de él. NO lo hagas por favor”… lección muy clara.  

Nadie debe hablar mal a los niños de sus padres, ni los padres de los demás familiares por supuesto… amor, implica respeto. 








viernes, 26 de agosto de 2016

EMBOTELLAMIENTO!!!

Si algo caracteriza últimamente a San Salvador y sus alrededores  es el tráfico y en las “horas críticas” los embotellamientos ya no solamente en las grandes arterias, sino en la mayoría de calles. Muchos buscamos alternativas para evitarlo, pero al final terminamos siendo parte en algún momento del  tráfico de nuestro país, nuestra actitud suele no ser la más adecuada y prudente,  no orientada a colaborar con que la situación mejore, o bien no actuamos agresivamente pero entramos en “crisis” (nos estresamos).


TÉCNICAS DE RELAJACIÓN PARA LOS QUE CONDUCEN

Técnica de respiración profunda
Controlar la respiración es importante en todo momento de nuestra vida, pero para manejar el estrés (en todas las situaciones es vital). Ante los primeros síntomas de nerviosismo o descontrol respire profundamente, retenga el aire y suelte despacio, tanto aspirar como exhalar debe hacerlo por la nariz. Poco a poco su corazón ira recuperando su ritmo normal

Técnica de relajación muscular progresiva
Una vez que haya realizado la respiración profunda puede realizar el ejercicio, si puede aflojar un poco las partes de su vestuario que le aprietan sería mucho más efectivo.

Centre su atención en su pie derecho y tome el tiempo para sentirlo, poco a poco comience a tensar los músculos del pie apretando tan fuerte como pueda, mantenga así por unos 10 segundos. Luego relájelo y sienta como se va disipando la tensión, disfrute del momento relajado.

Luego hágalo con el resto de su cuerpo siguiendo la misma secuencia.   

Técnica de estiramientos para relajar cuello y espalda

Realiza amplios y lentos círculos con el cuello para estirar bien la zona manteniendo recta la espalda. Luego inclinar la cabeza lentamente hacia el hombro, mantenerla unos segundos y volver a la posición inicial (realizar el ejercicio hacia ambos lados)


 Técnica del auto masaje para aliviar el estrés
Dar suave masaje circular en el cuello y hombros,  posteriormente bajar por los brazos y manos, incluso puede masajear sus muslos si siente problemas de tensión o calambres.

Para relajar los músculos del rostro realice un masaje en las sienes, frente y mejillas y apreté levemente el puente nasal: suba y baje las cejas, júntelas sobre el puente nasal.

Si hay dolor de cabeza se puede centrar el masaje en el área entre el dedo pulgar y el índice de la mano derecha. Hágalo alguna vez, nada pierde y suele ser muy efectivo.  


¿Y los que andan en bus?

El caos vehicular no solamente afecta a quienes conducen, sino también  genera un elevado nivel de estrés en aquellos que hacen uso del transporte público. Personas que invierten horas (varias horas) en movilizarse de su casa al trabajo y viceversa.


El siguiente relato de un viajero usuario nos describe la vivencia de los usuarios en el día a día:

“Abordar la coaster en la esquina no es trabajo sencillo si tomamos en cuenta que el tipo de llegada del vehículo en hora pico es lento, y encima como no se parquean en una sola fila hay que ver como subirse.

Después de esperar alrededor de 20 o 30 minutos (mínimo) se acerca la coaster que lo llevara al destino. La segunda lucha comienza: si la vemos venir hay que calcular el espacio donde se va a parquear y correr hacia la coaster, dejar atrás a los demás y subir el pie al primer escalón, si tiene suerte podrá encontrar un espacio dentro del bus (nadie quiere ir al centro porque se puede perder la parada), con suerte no se tardara mucho y hará paradas donde se necesite no solo donde le toca parar. En las horas pico los asientos están ocupados y hay que ubicarse en los 60 centímetros que tiene el pasillo.


Recorrer algunos lugares es “menos lento”  pero cuando comienza el bulevar o alguna calle de ellas comienza la verdadera trabazón y pueden pasar de 20 a 30 minutos en el mismo lugar. No se avanza nada.

Lo peor es que se va amontonado, soportando olores y roces, evitando que  nos roben algo, musicalizados a todo volumen, etc. Además de la forma de conducir de todos los desesperados en el tráfico. A eso hay que agregar el constante cabeceo para ver por dónde va la coaster para que al tomar algún atajo no nos aleje de la parada de destino… Siempre va un desesperado que comienza a decir “avance que voy tarde” y demás comentarios desde los más graciosos o los más desesperados y groseros.

El libro “Principios y práctica de la Psicología Ambiental” afirma que en los embotellamientos las personas pierden de forma significativa su habilidad para controlar las situaciones y eso les genera incertidumbre. Además, el ruido del tráfico afecta la percepción del contexto haciendo que el campo perceptivo disminuya por lo que se pierde información periférica necesaria para reaccionar adecuadamente a todos los estímulos generados por el tráfico.

Esto último nos señala que la música estridente unida a la sensación de estar atrapados en el trafico nos pone en un nivel de riesgo mayor de un accidente (tanto si conducimos como si somos copilotos o transeúntes bajando de un bus)

Difícilmente puede estudiar o ponerse a leer así que en el transporte público lo que queda es ser cuidadoso, respetuoso y mantener una actitud positiva frente a lo que vive. Al final una actitud positiva, más a la defensiva y no a la ofensiva ayuda a llevar su viaje de mejor manera. Y en su caso la estrategia de relajación y manejo del estrés más indicado es la de respiración





domingo, 14 de agosto de 2016

INFIDELIDAD

Compleja definición de un término que constituye una polémica, mucho más allá de las definiciones del diccionario (de cualquier diccionario) cada uno de nosotros a partir de sus vivencias y el aprendizaje a partir de ellas concluye lo que es y comprende como infidelidad.


Para este caso, hablaremos sobre las infidelidades a partir de una relación de pareja tomando como base el compromiso asumido por ambas partes.



Las causas de la infidelidad son diversas y responden a una vivencia de insatisfacción y no exclusiva del área sexual, la etapa en que se encuentra la pareja hace que las motivaciones difieran con el tiempo. Encontramos al principio de la vida en común la sensación de decepción, la perdida de las ilusiones y el “aterrizaje” en la realidad; en esos momentos la infidelidad tiene carácter emocional: encontrar con quien hablar, los infaltables “mejores amigos” dispuestos a dar la mano a una mujer o un hombre (no importa el tipo de pareja: heterosexual y homosexual) decepcionado de la vida y dispuestos a ser el fiel ejemplo de comprensión y tolerancia, al pasar esta etapa de la adaptación y acomodación el amor retorna y se fortalece (no es fácil, pero no se puede desechar una vida en común por los primeros problemas serios a enfrentar,  se debe luchar por ello). A medida que el tiempo transcurre la infidelidad cambia de motivación los problemas de horarios, la falta de tiempo en pareja y el recurrente tema de no me siento apoyado o comprendido se vuelve la bandera que acuerpa el buscar “fuera” lo que no se encuentra dentro de la relación. 

Una de las más trilladas formas de excusarse es la falta de comprensión y compenetración en lo sexual: la frecuencia, la forma y en general la forma de percibir la sexualidad se vuelve un secreto de pareja, aquel secreto que esperamos que el otro conozca sin hacer el menor esfuerzo por dar señales claras y objetivas de nuestras necesidades, fantasías, etc. Le echamos la responsabilidad al “amor”: si me ama debería saber qué me gusta, debería saber qué necesito…, debería saber cuándo y cuánto necesito…, error total. Y nos engañamos a nosotros mismos diciendo que otro lo sabe, simplemente al otro le hemos expresado vacíos y cualquier novedad llena el hueco momentáneamente, difícilmente a largo plazo.



El problema más grave de la infidelidad es que implica el compromiso adquirido con una persona ajena a la relación,  pero que en una etapa se convierte en una idea casi obsesiva, esta situación termina dañando a tres personas (como mínimo) ya que a la hora de decidir una separación se evalúa romper con un proyecto de vida que tiene costos a inmediato, mediano y largo plazo, por lo que pasado el entusiasmo y enfrentado a la consecuencias pocos casos rompen la relación con la primera pareja, o bien luego de un tiempo juntos con la “nueva pareja” regresan a su relación inicial. (Muchas veces, las relaciones de amantes funcionan porque tiene elementos de encuentros intensos, no enfrentan problemas de cotidianidad, etc. Por tanto, irse a vivir juntos es “echar sal al postre”).

Acordar entre pareja reestructurar la relación a partir de una infidelidad parte de la conceptualización individual y la forma en que enfrenten la situación. Verlo como un conflicto es totalmente destructivo pero enfocarlo como una crisis que refleja problemas previos en la relación  que ambos están dispuestos a enfrentar hace que la re-ingeniería fortalezca el vínculo. Pero sobretodo y principalmente la disposición al perdón, el no pasar una factura permanente a la pareja por sus errores basándose en ver las acciones mantenidas en el tiempo para recuperar la confianza y mostrar aprendizaje, para que ello se dé ambos deben de poner de su parte. El que traiciono actúa para recuperar la confianza pero quien fue traicionado debe dar oportunidad.



El punto de las “ciber infidelidades” es una de las situaciones actuales con dificultad de definición. El sexteo, los chat y demás opciones comportamentales que la tecnología pone al alcance de la mano es una situación desgastante en las relaciones: hasta dónde debo guardar mi privacidad y la de mi pareja en las redes sociales, debo tener acceso o no las diversas aplicaciones del teléfono y demás accesorios electrónicos de mi pareja, etc. Son causa de celos y rompimientos, así como sin duda son espacios para infidelidades. 

La infidelidad daña sin duda alguna, un buen parámetro para decidir si es o no es infidelidad lo que usted hace es pensar que si se lo hicieran a usted le dolería. Al final, es una relación entre dos personas y su peculiar manera de percibir el mundo. Si a usted le dolería probablemente le dolería a su pareja 


miércoles, 27 de julio de 2016

¡SALGA CORRIENDO! DE UNA RELACIÓN ASÍ (Parte I)

Tomar decisiones sobre la conveniencia o inconveniencia de una relación sobretodo en medio de la química física que estalla en nosotros dentro de las primeras etapas de la relación es muy difícil. Pero hay cuando menos algunos elementos básicos que nos ayudarían a cuando menos evaluar la relación pasada las primeras seis semanas de iniciada:

Es una señal clara de ¡SALGA CORRIENDO!

11. Observe si tiene que estar reportando constantemente a su pareja donde está. No es problema si es una saludable preocupación, pero si es que usted debe reportar retrasos de minutos o bien justificar haberse detenido en algún lugar  y cualquier cosa que haga y que no reporto o aviso anteriormente que haría.

22. Si en el primer año de la relación no te presenta a sus familiares y amigos es que no quiere nada serio contigo y probablemente oculte algo… a ti. Así que aunque duela mucho y sienta que merece oportunidades, solo dará largas a una situación insostenible 

33.  Cuando tienes que fingir ser quien no eres, ocultar ideas o  bien tatuajes o accesorios para ir a eventos familiares, es una señal que esa relación no va a funcionar. No es que no guardes el protocolo o que no te adaptes a la ocasión, sino que no te aceptan en lo cotidiano con tus características personales.

44.  Cuando no puedes hablar de tu pareja sobre lo que piensas y sientes con libertad porque vas a ser criticado negativamente, en forma humillante o te descalifican. La crítica constructiva es sana y quiere potenciar lo mejor de ti.

55. En el momento que tu sexualidad es inadecuada o rechazada por tu pareja: esa señal implica que la química física no dará un paso más allá de la atracción, y a la larga será un conflicto grave en la pareja.

66.  En el momento que quiere que abandones a tus amistades o a tu familia para vivir en “el mundo de él o ella”. Todo tú alrededor es objeto de críticas y/o rechazo están rechazando tu mundo.

77. Cuando definitivamente solo uno es el culpable de todo, y por supuesto el único responsable de solucionarlo.



Rescatar una relación implica CONSTRUIR UN NOSOTROS que lleve a responsabilizarnos ambos de superar el conflicto o la crisis y fortalecernos como pareja. Cuando solo hacemos responsable a nuestra pareja de salir de los problemas estamos diciendo que queremos cómodamente que asuma nuestra vida y la relación. 
Parte II: Pero la amo... a pesar de todo esto



lunes, 25 de julio de 2016

LO QUE ESPERO DE TI

El amor es una construcción conjunta y paralela de una relación afectiva con otra persona, en la cual el respeto al otro debería de ser uno de los pilares fundamentales.


Pero, desgraciadamente, no suele pasar así: nos enamoramos de alguien y una vez vinculados empezamos el infértil y desgastante proceso de “hacerlo mejor persona”. “Es tan lindo, pero…”, “Es tan especial, pero…”, “Me encanta, si tuviera… fuera perfecto”, y así hasta el cansancio. 


Es importante clarificar que LAS EXPECTATIVAS  de pareja no es una crisis sino un CONFLICTO. Diferenciemos los términos para evitar malos entendidos:

Las CRISIS son momentos que atraviesan las parejas que permiten evidenciar una serie de problemáticas que están presentes en la cotidianidad, y por ende, permite el desarrollo y crecimiento de las personas y de la pareja.

Los CONFLICTOS son situaciones que parecen cuando en los dos miembros existen motivaciones de carácter opuesto pero de igual intensidad. Son la base de los malos entendidos de la relación de pareja y son con mucho,  los causantes de la insatisfacción, frustración, debilitamiento y hasta perdida de la pareja si no están bien resueltos.

El desgaste producto de las expectativas irreales que tenemos sobre el otro es uno de los conflictos de pareja más COMUNES Y LETALES, donde uno de los miembros usualmente llega a la conclusión: no es a mí a quien quiere.

En un primer momento, cuando las exigencias comienzan y sentimos miedo a perder al otro, no alienta la idea de que todo será mejor al cambiar aun en contra de lo que pensamos o sentimos: “todo sea para que no me deje de amar”.

Dejamos de ser nosotros mismos y la relación se convierte en una prisión permanente, con cada vez más exigencias.  Al paso del tiempo terminamos sintiendo que todo en nosotros está mal, porque el cambio requerido es de 180 grados, y jamás hacemos lo suficiente para que el otro sea feliz.  Y el amor comienza a desgastarse, suena dramático pero es una de las causas más frecuentes de consultas individuales o en pareja para los psicólogos y consejeros matrimoniales.


La construcción de un NOSOTROS depende principalmente de aceptar al otro, eso no quita en ningún momento la responsabilidad de crecer y desarrollarnos a nosotros mismos como personas individualmente y, obviamente, aportar para el fortalecimiento y construcción de nuestra pareja. Pero los cambios deben ser decisiones personales y libres, ningún cambio forzado dura mucho… y encima nos pasa la factura (con intereses).

Para muchos, que se han obligado a cambiar en nombre del amor, el cambio requerido termino por alejar a la pareja: ¡Cuando me volví lo que siempre me pidió me termino dejando! ¿Ilógico? NO, simplemente humano. La mayoría de nosotros exige el cambio pero no sabe cómo actuar cuando las personas ya no tienen que corregir. El rol de salvador, guía o redentor de nuestra pareja ya no existe y somos entonces nosotros los que no sabemos cómo ser simplemente la pareja del otro. NO podemos lidiar con la felicidad o el tener lo deseado… y terminamos alejándonos.

La persona que necesita estar guiando a otra definitivamente quiere y “necesita” ejercer CONTROL y al hacerlo se siente buena e incluso poderosa y protectora, cuando realmente asfixia a la pareja con demandas de lo que debe hacer, sentir y hasta pensar.



LA MATEMÁTICA DEL AMOR
LOS MÍNIMOS Y LOS MÁXIMOS


No es ponernos a pedir más de lo que nuestra pareja puede dar, ni aceptar menos de lo que nuestro amor propio y dignidad requieren. Es aprender a amar no solo con el corazón sino también tomar decisiones pensando en la vida cotidiana que voy a compartir. Suena poco romántico pero es la manera más leal de amar a otra persona.

Amar siempre implica una elección, el amor es una construcción constante, suena cursi pero es enamorarse cada día de la misma persona: redescubrirla y ponerle atención, todos cambiamos a lo largo del tiempo y se nos olvida disfrutar de ese maravilloso crecimiento en nuestra pareja. Amar es una acción cotidiana de estar presente.

Reitero la matemática del amor nos ayuda a fortalecer a la pareja, pruebe a hacer el siguiente EJERCICIO: Haga un listado de todo lo que espera de su pareja (sí todo, hasta lo que fantasea muy internamente)  y luego empiece a tachar aquello que a pesar de faltar le ha permitido o le permitiría seguir amando a su pareja, siga tachando hasta reducirlo a cinco cosas. Esas cinco últimas son las no negociables, si alguien le da esas cinco ¡Tiene mucho más que lo que había visto en su pareja!

Y aplique entonces la siguiente fórmula: Si recibo de mi pareja  más que esas cinco, ¡No estaba viendo cuanto más recibo de lo que realmente necesito!  y comience a agradecerlo y valorarlo.

Cuando empezamos a ver todo aquello que no veíamos podemos darnos cuenta que tenemos un tesoro en él o ella. Cuando ambos logran verse desde sus mínimos requeridos y ven el plus recibido la relación se vuelve, definitivamente, sólida en las crisis y fuerte en la adversidad.

Disfrute su tesoro y hágaselo saber, pero no olvide que usted es un tesoro para el otro.